La temporalidad en el empleo público bate récord histórico
Supera por vez primera la barrera del millón de puestos
La temporalidad se ha instalado en las administraciones públicas, sin que ninguno de los gobiernos, ya sea en el Estado, en las autonomías o en las entidades locales hayan intentado poner coto a los «excesos» que se vienen repitiendo y que han sido duramente reprendidos desde Bruselas. Los sindicatos denuncian que los diferentes planes para reducir la temporalidad en las empresas públicas han sido «poco ambiciosos» y los consideran «insuficientes» y «discriminatorios» en sectores fundamentales como la Sanidad y la Educación, que acusan tasas de interinidad que superan de largo el 50% en algunos casos.
Y la situación se ha disparado exponencialmente por culpa de la pandemia. Según la Encuesta de Población Activa conocida ayer, la temporalidad del sector público –al cierre de 2020– superó por primera vez el millón de empleos de duración limitada, debido a los refuerzos realizados en los diferentes niveles de la Administración para afrontar el incremento de trabajo provocado la crisis sanitaria, especialmente concentrados en sectores como la Sanidad, Educación o la Administración General del Estado, sobre todo en el SEPE y en Seguridad
Social. En concreto, el sector público terminó el año pasado con 1.011.500 personas con algún tipo de contrato temporal, 106.200 más que un año antes, dejando la tasa de temporalidad en el 29,9%, frente al 20,7% general, más de nueve puntos de diferencia. Para solucionar esta situación los sindicatos ya han reclamadoeninnumerablesocasiones al Gobierno que elimine la tasa de reposición y dé luz verde al incremento urgente de las plantillas públicas con empleo estable. Según el sindicato CSIF, se necesitan 106.000 empleos nuevos en los próximos tres años y 289.235 plazas específicas para la Sanidad. En el último año se ha registrado un récord histórico de temporalidad en el sector público, con 125.800 incorporaciones. Pese a ello, ámbitos como los centros sanitarios, educativos, el SEPE y la Seguridad Social siguen al borde del colapso.