El abismo entre Biden y Xi
El presidente de EE UU critica en la primera conversación telefónica con su homólogo chino la política hacia Hong Kong, Xinjiang y Taiwán aunque se abre al «diálogo»
Joe Biden finalmente llamó a su homólogo, Xi Jinping. Fue la primera conversación telefónica entre el presidente de China y un Biden con el que mantuvo una excelente relación cuando éste era vicepresidente. Desde entonces el mundo y las dos potencias conocieron una Presidencia, la de Donald Trump, que viró el rumbo de sus relaciones e inauguró uno nuevo, más confrontacional, menos confiado en convencer a Pekín para que poco acepte las convenciones y contrapesos, las salvaguardas institucionales y los mecanismos efectivos que distinguen a las democracias. Biden, de hecho, comparte hasta cierto punto la cartografía ensayada por su predecesor. Washington no perdona ni las sistemáticas violaciones cometidas contra las minorías religiosas en el gigante asiático, tachadas por el departamento de Estado de Mike Pompeo de auténtico genocidio, ni los brutales retrocesos de la democracia experimentados en la ciudad de Hong Kong, objeto de una creciente represión y donde la oposición democrática lucha desesperadamente por evitar el abrazo del gigante autocrático.
Todo esto habría aflorado en la conversación entre los dos políticos. Según un dossier distribuido por la Casa Blanca, los dos políticos «conversaron sobre los desafíos compartidos de la seguridad sanitaria mundial, el cambio climático y la prevención de la proliferación de armas». De fondo están las tensiones por la pandemia, los temores al expansionismo del gigante asiático en su zona de influencia, embarcado en una suerte de doctrina Monroe a la oriental, la carrera armamentística, las disrupciones causadas por la pandemia y las tradicionales, y profundas, discrepancias comerciales. La Administración de Biden ha enfatizado que entre sus prioridades está «proteger la seguridad, la prosperidad, la salud y el estilo de vida del pueblo estadounidense y preservar un Indo-Pacífico libre y abierto», subrayando así mismo la preocupación sobre «las prácticas económicas coercitivas e injustas de
Beijing, la represión en Hong Kong, los abusos de los derechos humanos en Xinjiang y las acciones cada vez más asertivas en la región». La diferencia, entonces, puede ser de tono, de matices, buscando «compromisos prácticos y orientados a los resultados».
Contención y cautela. Así es como el Gobierno de Xi Jinping espera que actúe la nueva Administración estadounidense en su relación con China. Al menos eso es lo que se extrae de las palabras del presidente chino. Desde Pekín se interpretó como un gesto de
Hong Kong Desde la aprobación de la Ley de Seguridad Nacional, China ha recrudecido el control y la persecución de la oposición democrática en la ex colonia británica.
buena voluntad y de respeto al coincidir con la víspera del primer día de celebración del Año Nuevo Lunar en el país asiático. Xi advirtió a Biden de que optar por la confrontación sería un «desastre» para ambas naciones y apostó por la colaboración y el restablecimiento de los mecanismos de diálogo. «Usted ha dicho que EEUU se puede definir en una palabra: posibilidades. Esperamos que las posibilidades apunten ahora hacia una mejora de las relaciones
Las minorías Xinjiang Millones de uigures, una minoría étnica, soportan una vigilancia opresiva de alta tecnología y el temor constante a ser detenidos por presunto extremismo islámico.
entre China y EE UU», le dijo Xi a Biden, según el Ministerio de Relaciones Exteriores de China.
Además, le recordó que Hong Kong, Xinjiang y Taiwán eran asuntos de «soberanía e integridad territorial» que Washington debería abordar con «cautela». Precisamente, desde Taipei agradecieron al americano haber sacado a colación su situación en la conversación con Xi. «Expresamos nuestra admiración y gratitud por la preocupación del presidente
Taiwán Las tensiones entre la isla y el continente han aumentado en el último año por las continuas incursiones aéreas de china en el espacio aéreo de Taiwán y en sus aguas marítimas.
Biden sobre la seguridad del estrecho de Taiwán y las cuestiones de derechos humanos», dijeron. «A juzgar por el contenido de su conversación telefónica, Biden busca una mayor cooperación con China, mientras se mantiene en línea con los intereses de EE UU», afirmó Zhang Tengjun, investigador asistente del Instituto de Estudios Internacionales de China. De la misma opinión es Li Haidong, profesor del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de Asuntos Exteriores de China, quien dijo que la mención de Biden a temas como Hong Kong, Taiwán y Xinjiang simplemente muestra que está siguiendo la ruta de los líderes estadounidenses de presionar a China, pero a diferencia de su predecesor «está dispuesto a controlar esas divergencias a través del diálogo».
Guerra comercial La Administración Biden va a mantener los aranceles impuestos a China como castigo a sus prácticas desleales en el comercio. De fondo está la pugna por la hegemonía global.