Cuando un partido de fútbol fue una bomba biológica
La disputa entre el Valencia CF y el Atalanta fue el inicio de la expansión de la covid en Europa
El 19 de febrero del año pasado, para los valencianos la covid era solo el título de una película de miedo que se rodaba en China, pero era eso, una película, que ves retransmitida por la tele o la radio. Ese día, 2.500 valencianos embarcaron, ansiosos de fútbol y diversión, en sus vuelos dirección a Bérgamo (a pocos kilómetros de Milán, Italia) para presenciar la disputa de la competición de la Champions entre el Valencia CF y el Atalanta.
En aquel momento, nadie sospechaba que aquel acontecimiento deportivo iba a convertirse en la «tormenta perfecta» para que el virus se expandiera rápidamente por toda Europa.
A aquellas alturas de la pandemia, la covid campaba ya a sus anchas por el continente. En silencio, sin que nadie lo supiera o lo pudiese imaginar. Había tres casos diagnosticados en Italia. Poco más se sabía de aquella enfermedad que ya estaba haciendo estragos en la lejana Asia.
Ya había sido anulada la celebración del Mobile World Congress en Barcelona, pero muchos aún pensaban que las multinacionales estaban exagerando, o incluso que podía haber motivos políticos detrás de aquel «boicot» al evento en Cataluña.
Pero varios días después del partido de fútbol en Milán, empezaron a conocerse los primeros contagios en Valencia. El periodista deportivo Kike Mateu fue uno de ellos, de los primeros en la provincia. Envió un vídeo desde el hospital alertando de que aquello no era ninguna broma. Tras él vinieron todos los demás, y empezó todo.
La subdirectora general de Epidemiología de la Conselleria de Sanidad, Hermelinda Vanaclocha, desconocida hasta aquel momento, se hizo famosa el 26 de febrero, cuando ya se habían diagnosticado algunos contagios como resultado de aquel viaje.
«Nos enteramos ayer del partido de fútbol; lo siento, no me gusta el fútbol. Somos sanitarios, no tenemos por qué saber que el Valencia jugaba en ‘el Milán’». «Es alucinante», le replicaba un periodista.
Aquello es ya historia de la pandemia. Pero los valencianos nunca olvidaremos que aquel partido de fútbol fue la puerta de entrada al infierno.
Poco después, la noche del 10 de marzo, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, anunciaba una decisión histórica: las Fallas no podían celebrarse. Casi todos los valencianos se hicieron conscientes en aquel momento, de que la película de terror de Wuhan había llegado a las pantallas españolas.
2.500 valencianos viajaron a Milán para presenciar el encuentro, algunos de ellos fueron los primeros contagiados