Solución a la fractura: repartirse Ciudadanos
La fractura del centro-derecha español le impide alcanzar una mayoría de escaños. Tan sensible es el centro-derecha a la división, que reducir de tres a solo dos candidaturas les permitiría un crecimiento de escaños que les daría la mayoría absoluta.
Se trata de repartir el millón de votos que siguen siendo fieles a Cs. Una inyección de estos votos al PP y a Vox, haría que estos dos partidos crecieran en escaños. Muchos más que los conseguidos por Cs el 10-N y otra consecuencia sería que PSOE y UP, retrocedieran . Por lo que se rompería el equilibrio favorable entre la izquierda y los independentistas.
Desde las elecciones generales de abril de 2019 el PP y Vox no han dejado de crecer. En las de noviembre los populares subieron en 600.000 votos y los de Abascal en un millón. Desde entonces y hasta la fecha ha continuado el reforzamiento electoral de ambos
partidos, con medios millón más de votantes cada uno. Por lo tanto entre abril de 2019 y febrero de 2021 el PP ha ganado 1,1 millones de votantes y Vox 1,5 millones. En total 2.6 millones. En este periodo Cs ha perdido 3,2 millones. En la encuesta de NC Report para LA RAZÓN se aprecia que el 49, 6% de los que votaron a Cs en 2019 se pasan al PP (30,5%) o a Vox (19,1%). De cada cinco, tres al PP y dos a Vox.
En el lado de la izquierda se observa por primera vez desde el 10-N una transferencia de voto considerable que va de UP al PSOE. Este trasvase es el responsable de la caída de las expectativas electorales de los de Iglesias a los niveles más bajos de la legislatura, con una caída de 2.0 puntos en el conjunto nacional.
Todos estos movimientos, acelerados tras el 14-F, nos empujan a un nuevo escenario político nacional con tres grandes fuerzas (PSOE+PP+Vox) que acaparen el 80% del voto nacional y los independentista el 10%. Solo quedaría un 10% de voto para la izquierda situada a la izquierda del PSOE y para regionalistas.
Este fenómeno de concentración del voto permitiría al PP y Vox sumar como Rajoy en las elecciones de 2011, en las que obtuvo mayoría, mientras que los socialistas no lograrían alcanzar los porcentajes de voto de Zapatero, y dependerían de la debilidad de UP y del grado de desmovilización de la izquierda en general.