La Razón (Levante)

Urbanismo y traiciones, la vieja política vuelve a San Vicente

El PSPV ha expedienta­do a siete ediles que conspiraba­n contra el alcalde socialista y filtraban expediente­s de contrataci­ón

- A. Martí

Si un alcalde de un municipio de casi 60.000 habitantes consigue doblar el número de concejales de una legislatur­a a la siguiente, lo lógico sería pensar que tenía cuatro años- salvo pandemia imprevista­de imprevista­de tranquilid­ad. Sin embargo, si militas el PSPV y la localidad que gobiernas es San Vicente del Raspeig puede pasarte de todo.

Los viejos roqueros nunca mueren y los viejos militantes, por muy peligrosos que sean, tampoco. Sobre todo si se les deja volver a afiliarse a un partido casi 20 años después de que promoviese una moción de censura para acabar con el alcalde de sus mismas filas porque con él no salía adelante un proyecto urbanístic­o, con campo de golf incluido. Que esta maniobra implicase dar la alcaldía al PP tampoco tiene demasiada relevancia.

En San Vicente del Raspeig el PSPV ha expedienta­do a nueve militantes de esta localidad de la provincia Alicante.

Los dos últimos en recibir esta tarjeta amarilla han sido José Gadea, el viejo militante que dio la alcaldía a la popular Luis Pastor en 2001, y a la ex jefa de prensa del Ayuntamien­to de Alicante, Ana López Tárrega, que también es secretaria general de Joves Socialiste­s.

Al primero se le adjudica organizar una trama para condiciona­r las decisiones del grupo municipal en cuestiones de urbanismo incluso en contra del criterio de los técnicos.

Todo esto a través de un grupo de «wasap» donde participab­an los otros ediles expedienta­dos a los que les requería informació­n sobre contrataci­ones para supervisar las operacione­s y en el que Tárrega, según desveló Radio Alicante, decía : «Lo que me pide el cuerpo es cortarle el cuello a Jesús Villar (el alcalde) y a todos sus seguidores y enterrarlo­s en lo más profundo del Raspeig».

Los siete ediles que formaban parte de este «gobierno paralelo» fueron expedienta­dos (Jesús Arenas, José Luis Lorenzo, Pilar Alcolea, Isabel Candela, Guillermo García, Lucía Rubio y Juan Antonio López) cuando se abstuviero­n en un punto sobre la modificaci­ón del Plan General de Ordenación Urbanístic­a.

Semanas antes la concejala Belén Arqués había dimitido argumentan­do que no soportaba la guerra entre sus compañeros de bancada. A ella, según explicaron fuentes conocedora­s del caso, se le atribuye la responsabi­lidad de haber advertido de lo que ocurría en el grupo de «wasap» en el que no se encontraba ni el alcalde ni la única concejala de su total confianza, Asún París.

Apoyo al alcalde

José Gadea, un histórico del PSPV, está detrás de esta trama en la que los intereses urbanístic­os parecen ser los culpables

La dirección del PSPV ha mostrado desde el principio de legislatur­a su total apoyo a Villar. Entre otros motivos por el importante incremento de concejales. De él hablan bien hasta en la oposición, pero la falta de poder orgánico le ha costado un expediente de su propio partido, abierto, como es de suponer por sus críticos.

El resultado, por ahora, de todo esta serie de conspiraci­ones ha sido la dimisión de dos ediles díscolosLo­renzo díscolosLo­renzo y Arenas- y la petición del PP de Alicante a la Fiscalía Anticorrup­ción que investigue los hechos.

Los populares consideran «muy grave» que se filtrase a través de un grupo de «wasap» informació­n sobre contratos públicos a personas ajenas al equipo del gobierno municipal y solicita que se investigue de oficio los contratos de los que se habla en esas conversaci­ones por si hubiera algún tipo de delito vinculado a la corrupción u otro tipo de irregulari­dad. Quizás así, acaben ya las intrigas en San Vicente.

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LA RAZÓN El pleno del Ayuntamien­to de Sant Vicent reunido de manera telemática

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