Un país gobernado por la minoría chií
El presidente sirio, Bachar al Asad, y su familia pertenecen a la secta alauí, una rama del islam chií minoritaria en el país (un 10% de la población), de mayoría suní. Las principales terminales del poder sirio están en manos de representantes de esta comunidad, incluidas las Fuerzas de Seguridad y el Ejército, que también cuenta con seguidores en Turquía y Líbano. Su padre, Hafez al Asad, llegó al poder a raíz del golpe de Estado de 1970 y no la abandonaría hasta su fallecimiento. Bashar presume de haber ganado dos referendos en 2000 y 2007 y las elecciones de 2014, en la que también le acompañaron solo dos candidatos.