El contrato de la UE con Astra le exime de pagar multas
Los Veintisiete saben desde agosto que su demanda no tiene base
Representantes de la Unión Europea y de AstraZeneca se vieron por primera vez las caras en los juzgados de Bruselas como paso previo a la audiencia pública que se celebrará el próximo día 26 en el tribunal de primera instancia de lo civil. Se espera que el proceso pueda concluir en julio. El propósito de la Comisión reside en que la compañía farmacéutica cumpla lo estipulado en su contrato suscrito con los Veintisiete, pero el laboratorio AstraZeneca niega las acusaciones realizadas por Bruselas. La farmacéutica ha entregado en el primer trimestre del año tan sólo 30 millones de dosis frente a los 120 comprometidas y en este trimestre ya ha anunciado que podrá suministrar 70 millones frente a los 180 pactados. Pero parece que no sólo se trata de números. La compañía alega que en el contrato aparece negro sobre blanco en varias ocasiones la expresión «mejores esfuerzos razonables» ligado al ritmo de producción y entrega de las vacunas, lo que permite al laboratorio variaciones en el calendario de entrega según las circunstancias. La Comisión Europea no acepta esta interpretación, pero cada vez hay más informaciones que dudan sobre la pericia del Ejecutivo comunitario a la hora de negociar este contrato con el laboratorio. Según reveló la revista belga «Knack», Bélgica encargó un informe a la consultora internacional Deloitte en la que ésta advertía en el mes de agosto de que el convenio suscrito contenía algunas lagunas. Deloitte advertía de que «sin embargo, no existen sanciones (en el contrato) si las fechas o cantidades cantidades de suministro no son respetadas». Quizás como manera de poner la venda antes que la herida, los portavoces comunitarios inciden en que el propósito de esta demanda reside en que las dosis lleguen lo antes posible y no se refieren en ningún momento a posibles multas multimillonarias.
En plena batalla ante la opinión pública, las dos partes pactaron el pasado 29 de enero la publicación de una versión censurada sobre este contrato con múltiples tachones. A pesar de que el texto estaba mutilado, podía leerse con relativa claridad que el laboratorio se comprometía a poner a disposición de los Veintisiete la producción de sus dos plantas en suelo británico.
La farmacéutica sólo ha entregado en el primer trimestre 30 millones de dosis frente a los 120 comprometidos
La consultora Deloitte advirtió en un informe en verano que en el contrato no existían sanciones por incumplimiento
británico. La farmacéutica ha negado durante todos estos meses este deber y de, hecho, el letrado de la compañía en este proceso judicial, Hakim Boularbah –que defendió al juez del Supremo Pablo Llarena tras la demanda de Puigdemont ante la justicia belga–, siguió rechazando esta interpretación del convenio.
Los tachones contenían más información relevante. El texto completo desvelado por la cadena italiana RAI también exime al laboratorio de ser demandado por la UE en caso de retrasos en el suministro. La única excepción a esta cláusula se refiere a «mala conducta intencional o fracaso a la hora de cumplir con los requerimientos regulatorios comunitarios», y en ella radica la esperanza de los abogados de la UE.