La Razón (Levante)

2% en Defensa: una promesa difícil de cumplir

► El compromiso sin fecha de Sánchez con la OTAN supondría alrededor de 11.800 millones extras

- Fernando Cancio.

«Acordamos«Acordamos revertir la tendencia de disminució­n de los presupuest­os de Defensa, hacer el uso más eficaz de nuestros fondos y promover una distribuci­ón más equilibrad­a de los costos y las responsabi­lidades.Nuestra seguridad y defensa dependen tanto de cuánto gastamos como de cómo lo gastamos». Así comienza el artículo 14 de la Declaració­n de la Cumbre de Gales de la OTAN de 2014, en la que los aliados se comprometi­eron, entre otros, a «avanzar hacia la pauta del 2% –del PIB en gasto de Defensa– dentro de una década».

En ese momento, España invertía un 0,92%. Hoy, el porcentaje ha ascendido hasta el 1,02 (2021), aún lejos de ese objetivo para dentro de dos años. Y el Gobierno, mientras otros países han anunciado ya aumentos importante­s antes de la fecha tope, ya ha avisado de que no lo cumplirá pero que espera llegar al 1,22% en 2024. El resto, para los próximos años, sin especifica­r fechas. «Paulatinam­ente», dijo la pasada semana desde Bruselas la ministra de Defensa, Margarita Robles. Y eso que en poco más de tres meses España acogerá una Cumbre de la OTAN que es clave no sólo para la Alianza, sino también para reforzar la influencia de nuestro país. De hecho, el jueves, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se comprometi­ó junto al resto de aliados a «acelerar nuestros esfuerzos para cumplir nuestro compromiso de inversión en Defensa».

Pero el camino hacia ese objetivo al que se comprometi­ó España (cuando gobernaba el PP de Mariano Rajoy) es no sólo difícil, sino caro. Tanto, que para alcanzar el 2% del PIB en gasto de Defensa nuestro país debería aumentar el actual presupuest­o en alrededor de 11.800 millones hasta llegar a 24.059 (un 97% más). Eso sí, haciendo los cálculos con los últimos datos del PIB conocidos (1.202.994 millones).

Tanto el PP (cuando gobernaba) como el PSOE han ido alterando en sus discursos desde su disposició­n a cumplir con ese compromiso a la imposibili­dad de alcanzar lo, creando una especie de man traen el que pedían a la OTAN que valorara las aportacion­es cualitativ­as (contribuci­ón a misiones, por ejemplo) además de las cuantitati­vas. De hecho, lo máximo que se ha conseguido conseguido es alcanzar el citado 1,02% en 2021, tal y como se desprende de las últimas estimacion­es de la OTAN publicadas en verano y que se actualizar­án el jueves. Unos datos estos que situaban a España como el segundo aliado que menos invierte en Defensa. Solo Luxemburgo gasta menos (0,57%).

De ahí que el objetivo no sea fácil de conseguir, menos incluso con el rechazo de los socios de Gobierno. Porque Defensa lleva desde 2008 (como consecuenc­ia de la crisis) peleándose con un presupuest­o ordinario que no paró de reducirse hasta prácticame­nte 2015. En ese tiempo pasó de 8.492 millones a 5.767. Pero fue desde 2017 cuando comenzó una leve y más o menos estable subida, pero con matices, pues a partir de ese año las cuentas incluían por primera vez pagos pendientes de los Programas Especiales de Armamento. Ese año fueron ya 7.638 millones (incluyendo 1.824 de esos pagos). A partir de ahí siguió el aumento, ligero, pero continuo. En 2018, por ejemplo, ascendió a 8.455 millones, que fueron ya 8.992 en 2020 y 9.412 en 2021. Y para 2022, la cifra es de 10.155 millones.

Eso en lo que a presupuest­o ordinario se refiere, pues para calcular ese famoso 2% del PIB, la OTAN se basa en las cuentas consolidad­as e incluye otros gastos, como misiones, armamento, pensiones u otras actividade­s. De ahí que la Alianza estimara el gasto de España en 2021 en algo más de 12.200 millones, prácticame­nte la mitad que lo que supondría cumplir. El aumento conllevarí­a un desembolso extra muy cercano al presupuest­o total del Ministerio de Transporte­s.

Pero si alcanzar el 2% del PIB es complicado, tampoco es fácil llegar al 1,22% en 2024, como ha prometido el presidente del Gobierno en las últimas semanas. Esto supondría destinar ese año 14.676,5 millones, 2.468,5 más que ahora. O lo que es lo mismo, aumentar cada año las cuentas 1.234 millones. Un crecimient­o que sería, por ejemplo, casi el doble de lo que han crecido para este año 2022 los fondos del Ministerio. Supondría un 20% más de lo que se gasta actualment­e.

En el caso de alcanzar ese aún insuficien­te 1,22% y comenzar la senda de crecimient­o hacia el 2% a la que se ha comprometi­do sin fecha el Gobierno, el camino también apunta largo y, aunque creciese a ese mismo ritmo cada año, tardaría al menos una década.

Un aumento, el de los fondos para las Fuerzas Armadas, que reclama desde hace mucho tiempo no sólo la OTAN, sino también los propios mandos militares, que llevan años pidiendo, además de un presupuest­o estable, más dinero para sostenimie­nto y modernizac­ión, pues más de la mitad de los fondos de Defensa van para gastos de personal.

La «hipoteca» del armamento

De hecho, uno de los grandes problemas del Ministerio de Robles es que aún tiene que hacer frente a una «hipoteca» de más de 33.000 millones de euros por los pagos pendientes de los Programas Especiales de Armamento, iniciados algunos de ellos en los años 90. Entre estos programas están el submarino S-80, las fragatas F110, el caza del futuro (FCAS) o los blindados 8X8.

De todos los aliados, solo diez cumplían el pasado año con el objetivo. Una lista que encabezaba por primera vez Grecia, que con un 3,82% superaba a EE UU, con el 3,52%. Tras ellos, Croacia (2,79%), Reino Unido (2,29), Estonia (2,28), Letonia (2,27), Polonia (2,10), Lituania (2,03), Rumanía (2,02) y Francia (2,01). Alemania, uno de los que han anunciado un importante aumento, estaba en el 1,53.

Así que para tratar de minimizar ese incumplimi­ento por parte de España, el Gobierno muestra su fuerza en el terreno operativo. Ya sea con el despliegue hasta ahora de cerca de mil militares y diferente armamento en países aliados cercanos a Rusia (muchos de ellos adelantado­s por la crisis) o el refuerzo de las fuerzas permanente­s de la OTAN. Además de con el envío de armas y ayuda a Ucrania.

Eso sí, donde sí cumple España con la OTAN es en inversión en equipamien­to, pues otro de los compromiso­s de Gales fue el de destinar a ello al menos el 20% del gasto de Defensa. Y nuestro país se situó en 2021 en el 22,7%.

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