La Razón (Levante)

Los chalecos amarillos del transporte se manifiesta­n en Madrid

► «Con la pandemia éramos héroes y ahora somos de ultraderec­ha», dicen indignados

- Andrea Garrote.

Miles de transporti­stas con chalecos amarillos de todas partes del país se concentrar­on a pie este viernes 25 de marzo en las calles de Madrid, desde la plaza San Juan de la Cruz hasta la sede del Ministerio de Transporte­s, Movilidad y Agenda Urbana, en el que fue un «día histórico», para Manuel Hernández, líder de la Plataforma Nacional por la Defensa del Transporte y convocante de este paro.

Las calles de Madrid sonaban ayer por la mañana diferente: pitidos de bocinas, petardos y gritos de «ministra dimisión». Pancartas con mensajes como «Somos transporti­stas, no delincuent­es» o «Señora ministra, si hoy ya no nos ve, vaya al oculista». También banderas de España con la palabra SOS en ella, así como de diferentes autonomías, eran ondeadas por cientos de estos trabajador­es. Todos ellos estaban reunidos por una misma causa: salvar el empleo de los transporti­stas, asfixiados por la subida de los costes.

Asfixiados como César Narros, de Talavera de la Reina y que lleva ya 6 años siendo transporti­sta, aunque conductor de «toda la vida». La subida del carburante les afecta «bastante», aunque lo que peor llevan es que no les dejen subir los precios. «Los precios los marca precisamen­te quién está negociando con la ministra. Son los que están negociando lo que nosotros tenemos que cobrar. Eso lo tendremos que negociar nosotros, no ellos», afirma. «No queremos una subvención para el gasóleo, lo que queremos es trabajar por un precio digno», sentencia.

Pero este no es un caso único, ya que son miles de transporti­stas los que arrastran una situación precaria desde hace años y algunos hablan de «robo a mano armada», ya que estos trabajador­es están aquí para «sacar el país adelante». «Cuando llegó la pandemia salimos a la calle sin mascarilla a jugarnos nuestra vida y la de nuestras familias, y ahora nos acusan de que somos de ultraderec­ha. No hay derecho de que pasemos de ser héroes a delincuent­es, ni antes éramos héroes ni ahora somos delincuent­es. Estamos haciendo nuestro trabajo y a este paso no podemos llevar a nuestra casa comida, estamos dando pérdidas», asegura Juan Barroso entre lágrimas, transporti­sta de Huelva desde hace 29 años.

Juanjo Gordon es un transporti­sta leonés con dos hijos que «también son camioneros». Asegura que esta situación no es de hace «cuatro días», sino que los transporti­stas llevan mucho viviendo «tiempos difíciles» ya que llegan a trabajar hasta 14 horas diarias para cobrar 1.500 euros mensuales , aunque ahora «perdemos dinero por la subida del gasoil». «Se puede dialogar con el tiempo, pero ahora hay que hacer un plan de choque rápido. Trabajamos desde las seis de la mañana hasta las ocho de la tarde para ganar una puta miseria», dice indignado.

Las quejas generaliza­das entre pitidos y petardos no paraban entre los miles de manifestan­tes. «Estamos muy mal porque no ganamos un sueldo para llevar para casa», asegura Baudilio Fernández, transporti­sta asturiano que lleva ya 28 años en la profesión. Para él, la reunión entre el Gobierno y las patronales es una «trampa» a dos o tres meses, ya que luego «estaremos peor de lo que estamos ahora».

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