«En Psiquiatría no hemos avanzado nada en medio siglo»
El autor de «Sedados» explica cómo el capitalismo moderno ha creado la actual crisis de salud mental a través de la «individualización del sufrimiento»
NoNo puede decirse que nos falten motivos para ir sedados por la vida, sobre todo en los dos últimos años, pero la teoría de James Davies es que apenas sirve de algo. Este antropólogo y psicoterapeuta educado en Oxford alerta en «Sedados» (Capitán Swing) contra la sobremedicación de la sociedad en la que vivimos y responsabiliza al capitalismo salvaje de crearnos el problema para luego vendernos la solución y sacar tajada.
¿Estamos sobremedicados por culpa de los bajos presupuestos de Sanidad?
Sí. El motivo de que estas medicaciones fueran tan bien acogidas fue el argumento del coste/efecto. Lo que ocurre es que después se ha visto que los tratamientos, que cuestan dinero, tienden a perpetuarse, así que no son tan rentables. El gasto es enorme y, encima, el resultado no es bueno. Desde los 80 observamos muchos avances en Medicina en todos los campos menos en la Psiquiatría. Incluso han empeorado pese a toda la inversión. Un cuarto de la población adulta toma al menos una droga de este tipo al año y muchos no están bien diagnosticados.
Aquí tenemos el mismo debate.
Sí, la opinión más extendida es que la medicación es más barata, pero sería mucho más rentable reducir de forma drástica tanta prescripción innecesaria e invertir el ahorro en intervenciones psicológicas y sociales. En Reino Unido el coste es de medio billón de libras al año, probablemente una cifra muy similar a la española.
En Psiquiatría apenas ha habido ningún descubrimiento reseñable en décadas.
Bueno, en los 90 apareció una nueva generación de antidepresivos, pero la verdades que no se han revelado más efectivo s que los anteriores.Así que se puede a firmar que han sido 50 años sin mejoras. Quizá sí hemos conseguido unos efectos secundarios más tolerables, pero hasta eso se ha puesto en cuestión porque los síntomas de abstinencia son mucho más radicales. Así que tiene razón.
No pinta nada bien la estrategia adoptada en salud mental.
Correcto. Nos hemos equivocado por completo. Hemos puesto toda nuestra energía en medicalizar a la gente, cuando la mayoría del malestar se debe a una reacción natural y normal del ser humano ante las dificultades. Deberíamos actuar más en el plano psicológico y social y menos en el biológico.
¿Los psiquiatras deberían ofrecer terapia, como en EE UU?
Entre los años 50 y los 70, lo que hacían los psiquiatras era dar terapia, es como funcionaba el mundo. Eso cambió con la revolución de los psicofármacos en los 80.
Parece que la mayoría se ha quedado atascada en esa fase.
Exacto. Algunos sí hacen terapia, pero la amplia mayoría, desgraciadamente, lo que hacen es recetar. Sin embargo, no hay motivo alguno para que no puedan revertir esa tendencia.
¿Cuál es la conexión entre salud mental y capitalismo radical?
Si el sector de la salud mental ha sobrevivido no es por su efectividad, sino porque sirve al neoliberalismo. Despolitiza el sufrimiento, lo conceptualiza de forma que evita las críticas al sistema económico. No te encuentras bien porque hay algo malo en ti, en tu cerebro disfuncional. Así no se busca la causa en el entorno, que está hecho un desastre, o en las políticas sociales, la desigualdad, los bajos salarios, etc. Además, convierte el malestar mental en una oportunidad de negocio muy lucrativa. Si puedes vender la idea de que tu producto acaba con el dolor emocional, imagínate... Aquí entran las farmacéuticas. Han descolectivizado el sufrimiento, ya no es el problema de grandes grupos sociales, así que evita la unión, la solidaridad y la búsqueda de salidas comunes.
¿Cree que si trabajáramos menos nos encontraríamos mejor?
Sin duda. Desde los años 80 la economía está dominada por el sector de los servicios en detrimento de la industria. Y la gente que trabaja en ese ámbito encuentra menos sentido en lo que hace, está más desconectada e insatisfecha. Así que hemos acabado en una sociedad en la que la mayor parte de la población trabaja todo el día en ese ambiente para poder pagar un alquiler que no para de subir.
¿En qué medida son responsables los laboratorios?
Ellos han invertido billones de euros para que creamos que sus tratamientos nos van a salvar. La relación es tan directa como que el cuestionario empleado para calibrar la depresión de un paciente durante décadas en el sistema de salud británico fue elaborado y financiado por el laboratorio que fabricaba los dos productos más recetados. No hay un conflicto de intereses más evidente.
El sector de la salud mental solo ha sobrevivido porque sirve a los intereses del neoliberalismo»