Ingresa en prisión el presunto asesino de gays de Bilbao
► El juez lo decreta tras el registro de su vivienda y los indicios encontrados. Sigue negando su vinculación con los hechos
ElEl detenido por los presuntos crímenes de Bilbao –un joven colombiano– ingresó ayer en prisión por orden del juez que instruye la causa. El sospechoso, que se entregó el pasado jueves en la comisaría de la Ertzaintza de Irún (Guipúzcoa), pasó a primeras horas de ayer, sábado, a disposición judicial y, horas más tarde, ingresó en el centro penitenciario de Basauri (Vizcaya), según confirmaron a Europa Press fuentes del Departamento vasco de Seguridad
La Policía vasca investiga seis posibles crímenes en Bilbao: un presunto homicidio consumado –con «prueba toxicológicamente acreditada»–, dos presuntos homicidios «en grado de tentativa» y otros tres fallecimientos que están certificados como muerte natural «sin elementos probatorios de ningún tipo», según confirmó el pasado viernes el consejero vasco de Seguridad, Josu Erkoreka. Por su presunta relación con estos crímenes se arrestó a Nelson David Moreno Bolaño, un joven de 25 años nacido en Colombia y sobre el que pesaba una orden de detención dictada por el Juzgado de Instrucción número 6 de Bilbao, que lleva los casos.
El viernes, la Ertzaintza registró durante tres horas la casa de Nelson en busca de pruebas que le vincularan con los crímenes. Se trata de muy poco tiempo para una investigación de estas características, por lo que fuentes policiales suponen que apenas se habrián llevado algunas prendas de ropa para tratar de analizarlas en el laboratorio.
También llevaron un perro experto en detectar tóxicos para buscar GHB, el estupefaciente que utilizaba para la sumisión química de sus víctimas. La decisión del juez de dictar prisión hace suponer que encontraron indicios suficientes.
El «modus operandi»
A tenor de lo conocido hasta ahora de fuentes de la investigación, el presunto autor de los hechos contactaba con sus víctimas a través de redes sociales de citas como Grindr y Wapo, dirigidas a hombres homosexuales. En los encuentros con ellos, supuestamente les drogaba y lograba sacarles las claves de sus tarjetas y otros datos bancarios, para después extraer dinero de sus cuentas en cajeros automáticos y realizar transferencias a su nombre.
El sospechoso aseguró que su decisión de acudir voluntariamente a la comisaría el pasado jueves la motivó ver su foto circulando por redes sociales y grupos de WhatsApp. La gente ya le había puesto cara y le vinculaban a media docena de homicidios, por lo que sabía que ya no iba a poder hacer vida normal en el barrio.
El presunto asesino vivía en casa de su suegra en Irún, aunque su novia, según «El Confidencial», estudia y reside en Murcia. Nelson, que se hacía llamar «Carlos» en las aplicaciones de contactos, cuenta con antecedentes por estafa y se encuentra en situación irregular en nuestro país. Fue su suegra quien le habría animado a entregarse a las autoridades al no tener nada que ver con el asunto que se le imputa, según su versión.
La voz de alarma para identificarlo la dio un denunciante el pasado mes de diciembre –un «superviviente»– que logró zafarse de «Carlos» y, gracias a que olvidó en su casa la mochila con su documentación y éxtasis líquido, los investigadores pudieron relacionar su modus operandi con el de cuatro fallecidos en circunstancias similares.