El secreto de la «cámara verde»
►Stalin disfrutaba de lo lindo mientras todas sus víctimas temblaban de miedo. Su despacho estaba siempre conectado mediante un micrófono con la sala donde los policías interrogaban a los detenidos. El invisible Stalin, mordisqueando su pipa, escuchaba ávidamente el diálogo que él mismo había bosquejado. El procedimiento de las escuchas no era nuevo. Ya en 1922 se había instalado en el Kremlin una centralita automática para uso de quinientos dirigentes del régimen. En la primitiva central, Lenin tenía el número 001 para su despacho, y el 002 para su apartamento, mientras que a Stalin se le adjudicaron el 034 y el 122, respectivamente. El secreto de la «cámara verde», como se conocía al despacho de Stalin por estar pintado de ese color, sería revelado por el chismoso secretario Gricha Kanner a finales de 1925 tras la muerte de Frunze en la policlínica del Kremlin. La auténtica cámara de los horrores.