Un sistema sanitario público fuerte
LlevamosLlevamos décadas hablando de la trasformación de los sistemas sanitarios, para fortalecerlos y de transitar desde el hospitalocentrismo hacia la atención a la cronicidad, la prevención y la promoción de la salud, y la evaluación del impacto sobre la salud de las personas de las variables socioeconómicas y medioambientales, y ahora es el momento de hacerlo.
Unalecciónaprendidaenesta pandemia es que sin salud no hay economía. El dilema entre economía o salud parece que paralamayoríahadesaparecido. La necesidad de fortalecer el sistema sanitario no es algo nuevo. Lafórmulatampocoesdesconocida. La asistencia sanitaria universalcomogarantíadelderecho a la salud es la base sobre la que se construye el fortalecimiento de los sistemas sanitarios. Sabiendo, desde la experiencia, que el derecho a la salud se garantiza desde un sistema público, de calidad, equitativo e instrumento de cohesión social. En esaapuestadebeserprotagonista la atención primaria y la enfermería,elempoderamientodelos pacientes y el autocuidado, la prevencióndelasaludycuidado del medioambiente según la visión One Health. Además de la atención a la cronicidad y enfermedades no trasmisibles, como la salud mental y prevención del suicidio, la materna infantil y la sexual y reproductiva. La digitalización, humanización y atención a una muerte digna. Así como, una política de farmacia que defienda la evidencia científica, la incorporación de innovación y un precio justo de los fármacos. También debe reforzarse la respuesta frente a pandemias y los sistemas de vigilancia y Salud Pública, así como la investigación. Para ello son necesarios recursos, y más importante, la visión estratégica.