Pujas a una velocidad de vértigo
►La liturgia de una subasta constituye una auténtica performance. Los exclusivos invitados se distribuyen en tres ámbitos diferentes según su importancia: los VIPVIP, en los palcos que se alinean en el perímetro de la sala; los VIP, en el centro de esta; y los VOP –Very Ordinary People–, en la antesala y siguiendo la sesión a través de monitores de televisión. El subastador –alguien con unas extraordinarias capacidades escénicas e interpretativas–cuida cada uno de sus gestos y evita repetir expresiones. El tiempo máximo entre puja y puja no puede superar el segundo y medio, y la subasta de cada uno de los lotes subastados –por ejemplo, la «Marilyn» de Warhol– no puede durar más de 2’ 30’’. A una velocidad de vértigo, los coleccionistas se dejan millones de dólares sin que exista apenas margen para reaccionar o arrepentirse. Como diría Elvis, «its now or never».