La Razón (Levante)

Potencia el uso de la lengua propia y rompe el carácter estatal de los cuerpos docentes

La Ley de Universida­des, otro guiño del Gobierno a los independen­tistas

- Rocío Ruiz.

El ministro de Universida­des, Joan Subirats, ha presentado el proyecto de ley orgánica del Sistema Universita­rio que está llena de concesione­s a los independen­tistas. Un profesor podrá conseguir una plaza de funcionari­o previa evaluación de méritos y competenci­as de la agencia de calidad autonómica, cuando, hasta ahora, esta función la ejercía la agencia evaluadora estatal, la ANECA.

ElEl ministro de Universida­des, Joan Subirats, ha presentado el Proyecto de Ley de Orgánica del Sistema Universita­rio (LOSU) que será aprobado en próximas semanas por el Consejo de Ministros y que persigue «que las universida­des estén más conectadas con la sociedad con un marco normativo que ofrece herramient­as para adaptarse a la nueva época». El proyecto de ley, que incorpora cambios importante­s respecto al proyecto elaborado por su antecesor, Manuel Castells, también incluye concesione­s importante­s a las comunidade­s autónomas, sobre todo a las que tienen lengua propia, como Cataluña y País Vasco. De esta manera un profesor podrá conseguir una plaza de funcionari­o previa evaluación de méritos y competenci­as de la agencia de calidad autonómica, cuando, hasta ahora, esta función la ejercía la agencia evaluadora estatal, la ANECA, que ahora hará convenios con las autonómica­s para que hagan por ella la labor que siempre ha venido desempeñan­do. En el ámbito universita­rio son muchos los que creen que este cambio «servirá para que las autonomías coloquen a sus afines y romperá el carácter estatal de los cuerpos docentes», aseguran fuentes consultada­s. Sindicatos como CSIF opinan que este nuevo procedimie­nto, «será más caótico y problemáti­co».

Pero las concesione­s no acaban aquí. La ley también prevé financiaci­ón «por singularid­ad lingüístic­a» y que las universida­des «fomenten y faciliten el conocimien­to y uso de las lenguas cooficiale­s» como por ejemplo, el catalán, un asunto, este último, que no es baladí, teniendo en cuenta el conflicto que existe en Cataluña con la imposición del catalán en las aulas.

A esto se une que los estudiante­s tendrán más control y derechos. Serán relevantes a la hora de seguir y exigir la calidad de la docencia y dispondrán de acceso a la evaluación del profesorad­o. «Las evaluacion­es de los docentes no tenían ninguna consecuenc­ia, pero ahora los alumnos podrán hacer un seguimient­o del profesor en las comisiones donde se habla de planes docentes y guías docentes», dijo Subirats. Su opinión será vinculante. Sin embargo, el ministro aseguró que aunque «no decidirán qué examen deben ponerse, porque sería un uso abusivo del término vinculante, será negociado, hablado y discutido con ellos en la forma en que se pueda resolver». Su participac­ión en los órganos de gobierno de la universida­d, como el claustro o los consejos de facultad o departamen­to tendrá que ser de un porcentaje mínimo del 25%, cuando en la antigua ley (LOU) no tenían ningún porcentaje asignado.

Los estudiante­s tendrán derecho a la huelga o paro académico sin que eso repercuta en sus calificaci­ones o que afecte en algo su falta de asistencia a clase. Tendrán derecho a atención psicológic­a y emocional e incluso podrán gestionar servicios universita­rios dirigidos a los alumnos.

Apoyo a la mujer

Cualquier universida­d, tanto pública como privada, deberá contar con planes de igualdad, medidas para eliminar la brecha salarial y protocolos frente a todo tipo de acoso. Las Unidades de Igualdad

y las de Diversidad serán obligatori­as, y todos los órganos de las universida­des y las comisiones de evaluación o selección de personal serán paritarios (mujeres y hombres). Además, en los concursos se podrán aplicar acciones positivas para promociona­r con igualdad de méritos al sexo menor representa­do.

«Cuidar» al antiguo alumno

La ley prevé que las universida­des «cuiden de sus egresados» de tal manera que la relación con la universida­d no se acabe cuando un alumno sale de la universida­d con su título debajo del brazo. Los antiguos alumnos «tendrán prioridad para actualizar sus estudios para que cuando se obtiene la licenciatu­ra no se acabe el contacto», explicó el ministro.

Grados de tres años

La ley no marca un tiempo de duración de los grados. Como norma general los grados durarán cuatro años, “excepto cuando haya acuerdos con universida­des extranjera­s que acrediten un título propio y que ese acuerdo incorpore los tres años”, ha dicho Subirats. De esta manera, la idea es flexibiliz­ar la duración de los grados para que puedan coexistir las carreras de tres años (180 créditos, el 3+2) con las de cuatro años (240 créditos, el

A igualdad de méritos, el sexo menos representa­do

será el que se quede con el puesto

4+1), como ocurre en algunos países europeos, un modelo que algunos consideran que puede favorecer la internacio­nalización, aunque hay quien piensa que puede encarecer los estudios universita­rios y favorecer a las universida­des privadas.

Fijo en diez años

El Ministerio de Universida­des ha previsto una carrera académica más predecible, más clara y más corta de tal manera que una persona que inicia sus estudios de doctorado podrá tener plaza fija en un plazo de diez años. Ahora, una persona que decidía hacer carrera académica no encontraba estabilida­d antes de los 46 años, con lo que se pretende un rejuveneci­miento de las plantillas y atraer talento internacio­nal.

 ?? ?? Los universita­rios tendrán derecho a hacer huelga sin que esto suponga consecuenc­ias académicas
Los universita­rios tendrán derecho a hacer huelga sin que esto suponga consecuenc­ias académicas
 ?? RUBÉN MONDELO ??
RUBÉN MONDELO

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain