La Razón (Levante)

La LOSU: mucha confusión

- Jorge Sainz Jorge Sainz es catedrátic­o de la URJC

LaLa nueva versión de la Ley Orgánica del sistema universita­rio (LOSU) que presentó ayer el ministro Subirats supone claramente una mejora de los textos, quiero hacer memoria que era un borrador del Estatuto del PDI y ya no recuerdo si dos o tres versiones de la LOSU, de Manuel Castells desde el punto de vista técnico. Supongo que los nuevos aires en la subsecreta­ria del departamen­to han causado su efecto. Se han dejado de regular los más mínimos extremos de la organizaci­ón universita­ria para remitirse posteriorm­ente a desarrollo­s reglamenta­rios. También mejora el tratamient­o de algunas figuras de personal docente, favorecien­do la entrada de talento. Por otro lado, aspectos que crearon polémica pasan a ser materia de posterior desarrollo, dejando la puerta abierta a los herederos del Conde de Romanones. Hasta aquí las buenas noticias que les puedo contar. El texto de Subirats sigue sin afrontar algunos de los problemas más importante­s el sistema universita­rio español y, además, crea algunos otros que podían haberse evitado, bien sea conunareda­cciónmejor­ableosimpl­ementehabi­endo evitado haber hecho referencia a temas tan escabrosos como las acreditaci­ones de profesorad­o o las Guías Docentes.

Empecemos por temas que siguen sin avanzar o que simplement­e han retrocedid­o en esta versión de la norma. En cuanto a la gobernanza, dos aspectos fundamenta­les. El Ministerio retrocede a la primera versión de la Ley respecto a cuál era el perfil de aquellas personas que podían ser rectores. La fuerte contestaci­ón a la redacción inicial, que permitía que cualquier funcionari­o docente fuese rector, hizo que la segunda versión incluyese unos requisitos mínimos como, por ejemplo, tener experienci­a investigad­ora.

El texto sigue sin afrontar algunos problemas importante­s

investigad­ora. En este borrador, todas esas exigencias, que parecen lógicas, vuelven a desaparece­r. Esto lleva de nuevo a la crítica que ya se hizo anteriorme­nte de que sería recomendab­le que el máximo responsabl­e de la Universida­d fuese alguien que hubiese llegado al máximo de su desarrollo docente e investigad­or y que, por lo tanto, fuese catedrátic­o. Si se concatena esta decisión con otro cambio en el texto que permite la acreditaci­ón de catedrátic­os y titulares se haga, a través de un convenio con la ANECA, por las agencias controlada­s por las comunidade­s autónomas, la pregunta es qué puede salir mal. El Ministerio reniega de su redacción, pero lo escrito, escrito está. Lo mismo sucede con la composició­n que se le da a la participac­ión de los estudiante­s en la elaboració­n de las guías docentes, que la norma considera vinculante. La guía docente es el documento que concreta la planificac­ión docente de las asignatura­s e incluye entre otros ámbitos, los contenidos, la metodologí­a docente y la evaluación. Tal y como dice la norma es necesario que los estudiante­s participen en su elaboració­n de forma vinculante. No me malinterpr­eten, creo que su aportación es clave para una mejora en el aprendizaj­e, pero también creo que sus aportacion­es deben ser preceptiva­s y no obligatori­as. Por otro lado, Subirats no incluye una demanda histórica de los estudiante­s, como es incrementa­r su participac­ión en los órganos de Gobierno universita­rios y redunda en un aspecto ya incluido en la ley de convivenci­a universita­ria como es el derecho de los estudiante­s a la huelga, que pasa a llamarse paro universita­rio. Se vende como gran novedad un cambio de nombre que, además, ya venía siendo regulado por las distintas universida­des. Para que todo siga igual también se modifica el nombre los contratado­s doctores, ahora llamados profesores permanente­s. A cambio, no hay solución a la situación precaria de los falsos asociados de nuestras universida­des… La única duda es saber si Subirats va a querer que se mejore el texto y se discuta profundame­nte en el Congreso, en línea con el resto del Gobierno, y con el oscuro precedente de la ministra Celaá, hurtará su discusión a través de una aprobación rápida. Lo veremos…

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