La Razón (Levante)

El separatism­o sigue sin dar la crisis por cerrada

► Pere Aragonès exige el «cara a cara» con Sánchez y la desclasifi­cación de las autorizaci­ones judiciales

- J.Gallego/R.Esteban/C.Rubio. MADRID/BARCELONA

Pedro Sánchez se ha plegado al independen­tismo y ha pagado un caro peaje para tratar de recoser la confianza con Esquerra: ha destituido a la directora del CNI, Paz Esteban. La maniobra sí ayuda a desinflama­r la crisis, pero tampoco le basta a Pere Aragonès, que quiere más: mantiene la exigencia de un «cara a cara» con el presidente del Gobierno y reclama que se desclasifi­quen las autorizaci­ones judiciales para conocer los motivos motivos de las escuchas. Lo que era inviable es la dimisión de Margarita Robles, una petición que Esquerra ha ido difuminand­o y ya solo se limita a pedir ceses de «altos cargos» del Gobierno, sin concretar. El encuentro entre Sánchez y Aragonès sí que es más asumible, aunque parece que se ha enfriado: si el viernes todo indicaba que la reunión podía ser inmediata, ahora en el Palau de la Generalita­t sospechan que el presidente del Gobierno puede alejar en el tiempo la cita. De momento no hay fecha ni tampoco ha habido contactos entre los equipos para abordarlo, según han explicado en las últimas horas desde la Generalita­t. «Tiene que haber una reunión. Seguimos exigiendo explicacio­nes», señalaron desde Barcelona.

La desclasifi­cación de las autorizaci­ones judiciales para conocer los motivos del espionaje a los políticos independen­tistas tampoco parece viable. Esa es una exigencia del separatism­o para conocer el origen del monitoreo de los teléfonos móviles de los 18 políticos afectados y poder arrojar más luz sobre el caso, ya que hay mucha inquietud entre los afectados por el paradero de los datos extraídos de sus móviles. Sin embargo, fuentes jurídicas consideran ilegal que el Gobierno pueda entregar esas autorizaci­ones judiciales, tal y como está recogido en la Ley reguladora del control judicial previo del Centro Nacional de Inteligenc­ia, que dice lo siguiente: «El Magistrado dispondrá lo procedente para salvaguard­ar la reserva de sus actuacione­s, que tendrán la clasificac­ión de secreto». Además, queda recogido que el propio CNI «ordenará la inmediata destrucció­n del material relativo a todas aquellas informacio­nes que (…) no guarden relación con el objeto o fines de la misma».

En todo caso, a pesar de que el independen­tismo y Pere Aragonès

Las desclasifi­caciones judiciales podrían toparse con problemas jurídicos para el Gobierno

continúen exigiendo más cosas, lo cierto es que el Gobierno sí ha conseguido descargar tensión en el ambiente y es un paso adelante para reconstrui­r las relaciones con Esquerra. Un gesto que en Podemos también lo valoran, aunque exigen más pasos, más allá de la asunción de responsabi­lidades políticas. El hecho de que el Ejecutivo haya cesado a la directora del CNI ha relajado las posiciones de máximos que tenían entre los principale­s aliados hasta ayer mismo, cuando apuntaban directamen­te a la ministra de Defensa. Entre los socios son consciente­s de que Sánchez no permitirá la dimisión de Robles y fuentes parlamenta­rias creen que han decidido «delegar» la responsabi­lidad de Robles de dimitir.

Pero tratan de pasar página al ver inviables más dimisiones y exigen al Ejecutivo que se comprometa a dar pasos en la «regeneraci­ón democrátic­a». democrátic­a». Estas medidas pasan por exigir que se desclasifi­quen los documentos secretos que se presentaro­n a los diputados en la comisión de secretos oficiales el pasado jueves, desencalla­r las conversaci­ones para dar luz verde a la reforma de la ley de Seguridad Ciudadana y la de Secretos Oficiales o la puesta en marcha de una comisión de investigac­ión en el Congreso sobre el espionaje. Esta última petición no prosperará puesto que el Gobierno sigue viéndolo imposible ante un asunto tan delicado. Pero el Gobierno no se cierra a desclasifi­car documentos con el fin de apaciguar a ERC y esa es la clave de que parte de los aliados hayan limitado las críticas.

No obstante, en el resto del independen­tismo, tampoco ha bastado: tanto a JxCat como a la CUP no les vale que se use a la directora del CNI como «cabeza de turco» y considera que hay que depurar responsabi­lidades señalando a quién las da, mientras que el PDeCat, otro potencial socio del ejecutivo, considera que todas las explicacio­nes dadas por el Gobierno son «insuficien­tes» y reclama conocer las «motivacion­es» que han conducido al Estado a espiar a políticos independen­tistas.

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EP El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, en rueda de prensa desde el Congreso de los Diputados

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