El trabajo extra de Nadal
► Rafa venció a Isner en su estreno en Roma (6-3 y 6-1) y pidió pista para seguir entrenando un rato más
Rafa Nadal cerró el partido contra John Isner con una derecha ganadora paralela. Miró a su palco y dijo: «Pide pista». La hora y cuarto que había necesitado para derrotar al cañonero estadounidense (6-3 y 6-1) no fue suficiente para él, que lucha contra el reloj para ponerse a punto para llegar en las mejores condiciones posibles a Roland Garros después de haber estado seis semanas sin competir entre finales de marzo y mayo e incluso un mes sin pisar la pista por la fisura que sufrió en una costilla. En el palco estaba Francis Roig, que es el técnico que le ha acompañado al Masters 1.000 de Roma y en conversación con la ATP analizó la situación del zurdo. «Rafa llegó de Madrid un poco cansado tras los últimos partidos, debido a la inactividad, por eso trabajamos mucho en la coordinación. Cuando el cuerpo se lo ha permitido, ha ido buscando más ejercicios de desplazamiento para ser más dinámico, persiguiendo que su cuerpo esté más libre», afirma Roig. «No es un tema de pegarle mejor o peor a la pelota, a estas alturas Rafa necesita moverse bien, estar coordinado y sentirse ligero en la pista», añadió. Por eso el balear pidió estar un rato más entrenando después de jugar. «Tenemos tiempo. Creo que estamos en el camino. Seguramente habrá que ir mejorando durante el torneo, como otros años en Roland Garros», opina su entrenador.
Además, contra John Isner no se coge ritmo precisamente y todavía más que contra otros jugadores es importante no perder la concentración porque el partido puede decidirse en una o dos decisiones. Pueden pasar minutos y minutos sin que realmente suceda nada importante, como en los seis primeros juegos. Entonces llegaron los problemas en los dos siguientes, que se puede decir que decidieron el partido. Uno al servicio, en el que se lió un poco Nadal y llegó a conceder dos pelotas de rotura que salvó de milagro y con la ayuda de los errores de su oponente. Y otro al resto: quizá «tocado» todavía por las oportunidades perdidas uno y crecido el otro, le salieron varios restos profundos a Rafa y forzó sus dos pelotas de break. Es saber aprovechar el momento, o saber jugar esos puntos, e Isner volvió a temblar para dar a Nadal el 5-3 y saque, que resolvió sin problemas.
Arrastró Isner la pena y el segundo set comenzó con una nueva rotura del zurdo. Ya tenía hecho el trabajo. Domesticados los cañonazos de un tenista que sirve constantemente más allá de los 200 kilómetros por hora, la labor estaba prácticamente hecha.
A Rafa le espera en octavos de final el canadiense Shapovalov. A esa ronda no pudo llegar Carreño, superado por Khachanov (6-4, 26 y 6-1).