¿Y cuándo acabe el conflicto?
Aparte del hidrógeno, uno de los principales argumentos en contra del MidCat tiene que ver con los riesgos de que las inversiones gasistas queden sin amortizar. Aunque para España el coste debería ser asumido por Bruselas «¿qué pasará al final del conflicto?», se preguntan sus detractores. «En el caso de que se aprobara ¿quién lo financia? Si se construye, tras el conflicto, al final terminará siendo una infraestructura que no se usa y que, una vez más, habremos pagado los contribuyentes», opinan desde Fundación Renovables.
Habrá que ver cuál es la posición final de la Comisión y si Francia se decide a apoyar el proyecto, cosa que no está nada clara. Además, también faltan interconexiones entre Francia y Alemania, único país al que podría beneficiar la construcción.
Sin embargo, el país teutón acaba de alquilar cuatro unidades flotantes de almacenamiento y regasificación (FSRU).