La ilusión de Alejandro Talavante se contagia
► El diestro Ortega Cano, junto a su hija Gloria Camila, no se quisieron perder el «no hay billetes» de la sexta de San Isidro
La tarde del viernes en la plaza de Las Ventas tuvo un protagonista absoluto, Alejandro Talavante, la gran apuesta de esta feria de San Isidro. Habiendo firmado cuatro días en la capital, la de ayer supuso la gran vuelta a los ruedos con esplendor después de que en 2018 decidiera retirarse de manera indefinida. Mano a mano con el sevillano Juan Ortega, torero de arte que conquistó a todo el público en plena pandemia, lograron llenar una plaza en la que se colgó el cartel de «No hay billetes» otra vez. Talavante que nunca negó que su gran ilusión era volver a Las Ventas, cumplió su sueño y consiguió contagiar este sentimiento a aquellos incondicionales como el empresario Rafael García Garrido, que ha devuelto el esplendor a la primera plaza del mundo, que acudió acompañado de su elegante esposa, Cristina Suárez de Lezo. También a la empresaria Ana Peña, en su barrera del 10.
De camino a la plaza me encontré con María Hernández, su amiga Ana González y su marido Jesús, taurinos de pro. Juntos accedimos al tendido por la puerta de arrastre, la misma por la que minutos después pasó el maestro Ortega Cano junto a su hija Gloria Camila. «Es una gran tarde, con temperatura estupenda y cartelón, lo vamos a pasar bien», nos aseguraba el diestro. Así fue.
Otros como Vicky Martín Berrocal, María Dolores de Cospedal, Jesús Gil Marín o Juan del Val, que repiten en la feria, fueron más discretos a su llegada. Pero para discreción la de Adolfo Suárez Illana y su mujer Isabel Flores sobre el tendido. En el extremo contrario, el jugador de béisbol de los Mets de Nueva York, Johan Santana, y los jugadores del Real Madrid, Dani Ceballos, Lucas Vázquez y Nacho; que disfrutaron de esta gran jornada desde el callejón y para los cuales se desplegó un protocolo de seguridad «hollywoodiense». Se rumoreaba que Sergio Ramos llegaría una vez empezada la corrida, ya que es gran amigo de Talavante, pero al parecer, prefirió verlo desde el sofá de casa. Quien sí repitió fue el empresario Luismi Rodríguez, esta vez acompañado de una misteriosa mujer: ¿nuevo «affaire»?
Antes de la corrida, imprescindible la visita a la exposición «De purísima y oro» de Miguel Caravaca, un homenaje a Manolete por el 75 aniversario de su muerte.