«Juan Valera ha sido nuestro Goethe castizo»
El también jurista y dramaturgo es autor de la «Tetralogía de la ejemplaridad» y la trilogía teatral «Un hombre de 50 años», una de cuyas piezas, «El peligro de las buenas compañías», acaba de representarse en Madrid. Recomienda «Dafnis y Cloe» en la traducción de Juan Valera.
¿Cuándo lo leyó?
De joven, estaba en la biblioteca de mi padre. Tendría dieciséis o diecisiete años. Él admiraba las cartas de Valera: las que escribió desde Rusia, las que mandó a su amigo Estébanez Calderón. Las leí y me entusiasmaron, más que sus novelas. De ahí pasé, no sé cómo, a su prodigiosa traducción de «Dafnis y Cloe».
¿Por qué este libro y en esta versión?
Por dos razones esenciales. Primera, por la novela misma. Nos quedan solo cinco en prosa de la literatura griega antigua. Ésta es la mejor de ellas. Segunda, por la traducción de Valera. Desde que la leí, lo considero el mejor prosista en lengua española después de Cervantes y Fray Luis de León, a la altura de Fray Luis de Granada. Valera fue nuestro Goethe castizo: vividor, culto, ilustrado, escritor, con un finísimo gusto literario, conocedor de lenguas antiguas: tiene mérito que la suya sea la primera traducción al español. Había que conocer la novela, entonces un tesoro escondido, leerla en griego y ponerla luego en un español cristalino.
¿Destaca algo en especial?
La belleza de un idilio entre dos jóvenes que viven en armonía hasta que se les infiltra en el corazónelsentimientodelamor,como si cayeran presa de un hechizo. No saben lo que les pasa y observan con asombro las consecuencias que el contagio del amor produce en sus cuerpos y las zozobras inexplicables de sus espíritus.
¿Algún aprendizaje?
Que puede escribirse una gran novela sin conflicto externo. Aquí no hay conflicto con el otro o la sociedad, solo interno, causado por un eros todopoderoso, pero juguetón, travieso, picante. La obra rezuma sensualidad, aunque al modo antiguo, más latente que explícita, civilizada, sin perversión ni mala conciencia.
Es necesario, pues, leer a los clásicos...
Clásico es un libro que hoy seguimos leyendo y, además, ha superado la prueba del buen gusto de varias generaciones de lectores quizá durante siglos o milenios. Es una afición con muchas garantías.
¿A quién la recomienda?
A todo el que sepa leer y sea amante del placer.