De directivo a empresario: un gran cambio de vida
HastaHasta hace poco tiempo, la mayor parte de mi vida profesional la he desarrollado por cuenta ajena como directivo en diferentes multinacionales tecnológicas y financieras, aunque he estado continuamente en contacto con diferentes autónomos, pymes y startups. Recientemente decidí invertir en una interesante «fintech» especializada en financiación pública y privada. El cambio de vida de directivo a empresario es radical.
Aunque en la empresa contamos con un equipo magnífico que trabaja solo, y estamos automatizando parte del «backoffice», mi papel no ha sido solo como inversor, sino que he considerado trascendental implicarme en el día a día, tanto de la parte de negocio, como de los estados financieros, los impuestos, las personas, los trámites administrativos y los seguros sociales, entre otras cosas. En definitiva, de todo lo que comporta la administración de la compañía.
En paralelo, he tenido que gestionar por primera vez mis relaciones personales con la administración como autónomo. Con ello, he descubierto el papel tan importante que los gestores administrativos ocupan en la vida de las empresas, los autónomos y los emprendedores. Contar con un gA de confianza me ha permitido reducir mis riesgos personales y profesionales, restar tiempo a la parte administrativa, importante y delicada, y destinar tiempo a mi negocio.
Nunca fui tan consciente de su papel hasta que hemos empezado a compartir la gestión de mi empresa. Y, no se confundan, no es un trabajo de administrativos si no un trabajo administrativo.