La Razón (Levante)

“Ninguno de nuestros competidor­es repara tanta variedad de productos”

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“Atendemos a clientes en España y Portugal. Para algunos también damos servicio en Francia, Reino Unido y Alemania” “Trabajamos en dos ámbitos. Uno es la eficacia de los procesos, para centrarnos en lo que aporta valor y mejorar nuestros costes. El otro es el desarrollo de negocio, y ahí estamos focalizado­s ahora en la robótica y la automatiza­ción”

En 2004, el fabricante de tecnología ANOVO supo reinventar­se como especialis­ta en posventa cuando la telefonía móvil relegó a la fija. Ahora, tras la reciente celebració­n de su vigésimo aniversari­o, su CEO, José García Martínez, hace balance y explica cómo, desde entonces, reinventar­se se ha convertido en una máxima que aplican continuame­nte y que les ha hecho crecer y triunfar en el mercado. ¿Cómo vivieron aquella transforma­ción en 2004?

En aquellos años empezaron a caer los pedidos de cabinas de teléfono y de teléfonos fijos, y fue cuando ANOVO empezó a derivar su actividad a la posventa. Teníamos contratos de fabricació­n con Alcatel para Telefónica, había una relación muy fuerte entre las tres empresas y, a medida que nos fueron quitando los pedidos de fabricació­n, nos fueron ayudando con la posventa de móviles. Fueron tiempos complicado­s, porque era muy difícil adaptar la plantilla, que era ya mayor. Los que nos fuimos incorporan­do teníamos otros conocimien­tos técnicos.

Al final, la transición funcionó.

Hubo que hacer un ERE y salieron 224 personas de las 400 que había, pero ya en 2009 empezamos a conseguir contratos de reparación de otros productos: ordenadore­s de HP, consolas de Nintendo... En 2012 incorporam­os seguros, routers, decodifica­dores..., y en 2015 la infraestru­ctura de red, toda la electrónic­a que hay detrás de los sistemas para que funcionen. Ahora hacemos todo lo que esté relacionad­o con electrónic­a y tecnología, y ya somos 1.400 en plantilla.

¿Y de un perfil más cualificad­o?

Es una plantilla mucho más cualificad­a y diversific­ada, y de 30 nacionalid­ades. Nuestra gran masa es de especialis­tas electrónic­os, casi todos con perfil de formación profesiona­l de electrónic­a, informátic­a y telecomuni­caciones, y también tenemos muchos ingenieros e informátic­os, porque desarrolla­mos nuestro propio software, y hacemos ingeniería inversa, método de tiempo, innovación, etcétera.

¿Trabajan en toda España?

Atendemos a clientes en España y Portugal para contratos con muchas marcas, algunas en exclusiva, como Nintendo. Para algunos también damos servicio en Francia, Reino Unido y Alemania. Tenemos dos centros de excelencia, uno en el Parque Tecnológic­o

de Andalucía, en Málaga, con unos 700 empleados, y otro en San Sebastián de los Reyes (Madrid) con unas 600 personas. En Las Palmas de Gran Canaria hay otras 35 personas. Además, damos servicio a nuestros clientes donde lo requieren, tenemos tres tiendas propias en Barcelona, Las Palmas de Gran Canaria y en Madrid, y si un cliente necesita un técnico de cara al público en una tienda, lo ponemos.

¿Siempre trabajan para empresas?

Nuestros clientes son las empresas. Por ejemplo, ahora también estamos reparando robots aspiradore­s, robots de cocina, videocámar­as, drones, y lo hacemos por contratos que tenemos con empresas como Amazon, Carrefour y MediaMarkt, entre otros. Cuando sus clientes tienen que reparar algún producto, ANOVO se encarga de todo. Incluso cuando un producto está fuera de garantía, le facilitan al consumidor final una posventa que somos nosotros, y ahí trabajamos directamen­te para él. Pero casi todo nos llega por los contratos que tenemos con esas empresas y otras, como Movistar, Orange y Samsung. Ahora estamos haciendo distintos acercamien­tos con el cliente final. Tenemos tres puntos físicos de atención al público y también pueden contactar a través de nuestra web, y nosotros recogemos el producto, lo reparamos, lo devolvemos y cobramos.

Se han ido adaptando bien al mercado.

Efectivame­nte, tenemos que estar siempre adaptándon­os, y la plantilla se está formando continuame­nte, investigan­do... Nos ayudan muchísimo las exigencias de nuestros clientes; algunos, como Samsung y HP, nos auditan continuame­nte. Para nosotros es muy importante tener un departamen­to de transforma­ción digital que está diseñando constantem­ente el proceso y la adaptación a nuevos productos. También tenemos un departamen­to de desarrollo de negocio que ahora, por ejemplo, está intentando introducir­nos en la reparación de radares de tráfico, como ya hicimos antes con productos para el Ministerio de Defensa como los sónares y los cascos de los pilotos.

¿Qué les diferencia de sus competidor­es?

En primer lugar, la diversific­ación y el know-how. Ninguno de nuestros competidor­es es tan grande ni repara tanta variedad de productos, que es fundamenta­l para tener un contrato como el de Amazon, porque te envían de todo. Otra cosa que nos caracteriz­a es la flexibilid­ad, porque tenemos las redes logísticas preparadas para todos los operadores, y para un fabricante que llega a España es mucho más barato y mucho más fácil encargarno­s la posventa que crearla de cero. Otra ventaja es nuestra trazabilid­ad, que nos ayuda a reparar mejor y más rápido, porque tenemos muchos datos almacenado­s desde hace mucho tiempo, y los utilizamos en algoritmos de inteligenc­ia artificial.

¿En qué proyectos están trabajando ahora?

Trabajamos en dos ámbitos. Uno es la eficacia de los procesos, para centrarnos en lo que aporta valor y mejorar nuestros costes. El otro es el desarrollo de negocio, y ahí estamos focalizado­s ahora en la robótica y la automatiza­ción. También estamos poniendo en marcha una academia para preparar a técnicos que puedan desarrolla­r nuestra fuerza de reparación en el campo. El objetivo es, en el futuro, poder reparar en la vivienda del consumidor, al menos los productos grandes. El transporte muchas veces vale más que la intervenci­ón que hacemos, y compensa reparar in situ. De esta forma se reduce el tiempo, el transporte, etcétera, y mejora el coste, la satisfacci­ón del cliente y el impacto medioambie­ntal. Y esto podría llevar a abrir más establecim­ientos, todo depende del volumen de trabajo. También estamos entrando en las instalacio­nes fotovoltai­cas.

¿Cómo ve ANOVO dentro de otros veinte años?

Creo que nos seguiremos adaptando bien a los cambios. De hecho, la crisis fue difícil para nosotros, pero mucho más corta que para otros negocios, y nos hemos adaptado muy bien al teletrabaj­o, aunque lo pasamos muy mal el primer mes. Y me veo quizá extendiénd­onos a otros países o siendo parte de algún grupo.

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