Estrategia fuera del Congreso
«Hay«Hay que dejar que se cueza en su propia salsa. Si alzamos mucho la voz, les unimos a ellos en torno a su presidente», afirma un mandatario popular ante el sainete de errores que vive Pedro Sánchez. Pegasus, la rendición ante el victimismo independentista, la cesión a ERC sirviendo en bandeja de plata la cabeza de la directora del CNI, el achicharramiento de dos ministros referentes como Margarita Robles y Félix Bolaños por las escuchas de los teléfonos móviles del Gobierno… es un suma y sigue suicida.
Las últimas chapuzas gubernamentales son un serial que mantiene a los españoles enganchados. La Moncloa no consigue que desvíen su vista de la pantalla ni contraprogramando bajas para las mujeres por reglas dolorosas o aborto sin autorización paterna para niñas de 16 años. Ha pasado sin pena ni gloria el tope del precio del gas, a fuerza de manosearlo desde febrero. Las cortinas de humo no cuelan ya.
Los guionistas del presidente se quedan sin argumentos. Peor todavía, cada ocurrencia que pergeñan enfrenta a los suyos. Ahora no se pelean solamente con sus coaligados de Podemos o con los demás miembros del Bloque Frankenstein, la guerra se libra entre ministros socialistas. Sánchez saca adelante las leyes realmente importantes, las de interés general para España, como la de Seguridad Nacional, gracias al sentido de Estado de PP, Vox y Cs, pese a insultarles con formas que el respeto a la representación democrática debería aconsejar no usar a un presidente.
¿Significa esto que Alberto Núñez Feijóo debe sentarse a la puerta de Génova 13 a ver pasar el cadáver de su adversario? No parece ser la idea del nuevo presidente popular, que avanza sin demasiadas alharacas tejiendo su gabinete interno. Nunca se ha comportado así el dirigente gallego en sus años de carrera