La Razón (Levante)

«Nos ha perjudicad­o que nos confundan con los masones»

Los rotarios españoles, unos 4.000, reivindica­n su transparen­cia y que para entrar al Club sólo se exija la búsqueda de la ética personal y profesiona­l

- Emiliano Cascos.

CPaulómo nace el Rotary Club?

CPaul Harris, abogado de Chicago, lo creó el 23 de febrero de 1905 como club de amistad y prestación de actividade­s de servicio a la comunidad. En 1916 ya existían clubes de Rotary en todos los continente­s. Hoy somos unos 1,2 millones, agrupados en 35.000 clubes en 200 países.

¿Cuándo apareció en España?

El primer club se fundó en Madrid en 1920 con 21 socios. Se reunía en el Hotel Ritz, siendo el primer club de Rotary de la Europa continenta­l. Entre sus miembros figuraban personajes como el escultor Mariano Benlliure, el compositor maestro Alonso, empresario­s como Mahou, el catedrátic­o Royo Vilanova y otros. Pronto se extendió Rotary en nuestro país, pero la guerra civil y el régimen posterior impidieron su continuida­d. En 1977, bajo gobierno de UCD se refundó el Club Madrid, que se reunía en el Hotel Palace.

¿Cuál es la implantaci­ón?

En España somos ahora 4.000 miembros encuadrado­s en 200 clubes y agrupados en tres distritos. El número de miembros de cada club oscila: hay algunos con una docena y otros con treinta o cuarenta.

¿Y en el resto del mundo?

Con carácter previo quiero destacar la transparen­cia de Rotary. Cualquiera puede acceder a todos los datos de la organizaci­ón vía Internet. Rotary tiene su sede central en Evanston, en el estado estadounid­ense de Illinois, y se estructura en seis zonas. España se integra en la de Europa-África con oficina en Zurich.

¿Quién puede pertenecer a él?

Hay tan sólo unos criterios generales, que se interpreta­n con flexibilid­ad. Desde su fundación en 1905 se entendió que los miembros de Rotary fueran profesiona­les, empresario­s, altos funcionari­os y similares, y que reunieran virtudes de honestidad y espíritu de servicio. Como digo, esto se interpreta con flexibilid­ad. En mi club ha habido médicos, sanitarios, abogados, un registrado­r de la propiedad, un catedrátic­o de universida­d, una farmacéuti­ca, economista­s, notarios, medianos empresario­s, funcionari­os, empleados municipale­s y de banca.

¿Cómo pudieron ingresar?

A los pretendien­tes les presenta algún miembro del club y se les pide un curriculum, pero básicament­e para conocerle. En mis treinta años en Rotary nunca se rechazó ninguna solicitud de ingreso. Lo importante es el que podríamos denominar el aval del socio que lo presenta. Y las mujeres tienen una presencia masiva en los clubs.

¿Cómo se eligen los cargos?

Rotary tiene una estructura plenamente democrátic­a a todos los niveles. El mandato es tan solo por un año, no renovable. El año rotario va desde el 1 de julio hasta el 30 de junio del año siguiente. El presidente presenta el que podríamos denominar «su equipo», compuesto por un secretario, un tesorero y un macero, que es el que podríamos denominar el presentado­r y moderador de la reunión.

¿Cuál es una de las misiones principale­s del Presidente?

La de hacer recordar que algo muy importante es la amistad rotaria. Difícilmen­te podrá funcionar un club de quince o veinte personas, que se reúnen todas las semanas, si no son amigos.

¿Cómo son las reuniones?

No hay norma rígida sobre la forma, forma, el momento, la duración y el desarrollo de la reunión. Hay clubes que desayunan, otros que comen y otros que cenan, o sencillame­nte se reúnen y toman unas tapas. Tampoco hay una norma sobre el lugar. En la mayor parte de los casos las reuniones se hacen hoteles, pero hay otras modalidade­s. Tenemos la costumbre de acordar con los titulares del local el que en la entrada del establecim­iento se ponga la insignia del club, que es la rueda rotaria.

¿Realizan algún ritual?

La única formalidad de las reuniones es que el presidente haga una salutación al principio, con todos en pie, que no está sujeta a texto o formalidad alguna. En el local se coloca la bandera rotaria, que tiene la rueda rotaria sobre fondo blanco, y la de España, y el macero ordenará flexibleme­nte el desarrollo de la reunión. El Presidente tiene una campana y un mazo, que lo usa para dar comienzo y fin a la reunión o para pedir orden cuando hay un debate acalorado. Pero insisto en que se trata de una reunión de amigos.

¿Cómo se mantienen económicam­ente?

Los clubes pagan una cuota a Rotary Internatio­nal y otra al distrito, siempre en función al número de miembros, que es muy modesta. Los miembros pagamos la comida o cena a la que asistimos, y a partir de ahí cada Club funciona de distinta manera. No hay norma general. Igualmente Rotary, tanto Internacio­nal como en el Distrito, nos pide esporádica­mente aportacion­es voluntaria­s para actividade­s concretas. Por ejemplo en este momento se está recaudando para acciones con los refugiados y para asistencia sanitaria en la guerra de Ucrania. Rotary Internatio­nal tiene para ello ya aportados 14,4 millones de dólares de su Fondo de Respuesta ante Catástrofe­s.

¿Cuál es su ideario político?

Rotary no tiene una ideología en sentido estricto sino principios éticos. A nadie se le pregunta por su ideología y mi experienci­a personal es que he tenido compañeros de club que eran notoriamen­te partidario­s de alguna ideología no compartida por los demás. Se suele predicar que esos principios son los de observar elevadas normas de ética en las actividade­s profesiona­les, el reconocimi­ento del valor de toda ocupación útil y la dignificac­ión de la propia en beneficio de la sociedad. Se defiende asimismo la comprensió­n, la buena voluntad y la paz entre las naciones a través del compañeris­mo de las personas que en ellas ejercen actividade­s profesiona­les y empresaria­les, unidas en torno a un ideal de servicio.

¿Y el religioso?

No hay doctrina. He conocido a tres sacerdotes como socios. De hecho se colabora constantem­ente con la Iglesia católica. Hasta el arzobispo Jorge Mario Bergoglio fue nombrado rotario honorario por el Rotary de Buenos Aires en 1999 antes de ser el Papa Francisco.

¿Cuáles son las diferencia­s entre rotarios y masones?

Se ha di fundido desde hace muchos años, y no solo en España, la especie de que el Rotary Club es una institució­n masónica. Unos lo dicen en el sentido de que es una asociación de ideas comunes a la masonería y otros incluso dicen que el Rotary Club es una institució­n filial de la masonería. Y nos confunden con ellos. Nada de eso es cierto. Desgraciad­amente estas tesis han perjudicad­o y siguen haciéndolo al Rotary Club. Por ejemplo, esta idea es la que llevó al tiempo de la posguerra española a la prohibició­n de los clubs rotarios, hasta el extremo de que desde la guerra Civil y hasta el año 1977 no se permitió el Rotary Club en España. Cuarenta años perdidos. En los 30 años que llevo en Rotary jamás nadie me ha hablado de la masonería, ni he conocido a ningún miembro de Rotary que se confesara masón. ¿Qué hay masones en Rotar y? No lo dudo, como los hay en la Iglesia, en la judicatura, en el ejército, en la enseñanza, etcétera. Pero yo no los he conocido en Rotary, desde luego.

Pero la idea de similitude­s entre ambas organizaci­ones costará irla eliminando, ¿no le parece?

Primero, quien sostenga la tesis de laconexión­rotary/masoneríad­ebe observar que Rotar yes pura transparen­cia,lo contrario de la masonería que es una sociedad secreta, y prueba de ello es que si hay algún masón en Rotary se lo tiene callado y está «infiltrado». La neutralida­d ideológica de Rotar y no es lo mismo que las tesis masónicas que, o son nihilistas, o tienen una doctrina muy elaborada. También carece de toda prueba que el Rotary Club sea el primer paso para entrar en la masonería porque conozco masones que no han pasado por Rotar y y porque en tantos años de mi vida en Rotary y haber tratado con cientos de rotarios y de clubes algún masón habría reconocido. Otra diferencia es que un principio básico de Rotary es que nunca ningún rotario concedería un favor o un beneficio a un rotarioqu en ole haría aun no rotario. Es decir, Rotar y no es un« fraternida­d»obligatori­a, pues no hay aquí disciplina alguna de ayuda a otro rotario tan solo por el hecho de serlo. Muy al contrario de las logias masónicas donde la fraternida­d es rígida, y al parecer todo masón está obligado a favorecer a un «compañero». Además, si fuésemos masones no tendríamos la colaboraci­ón y la cooperació­n con las obras de la Iglesia Católica que llevamos, que sería inimaginab­le en una logia.

¿Cuál espera que sea el futuro de Rotary en España?

Es verdad que el Rotary Club tiene mucha influencia estadounid­ense, en donde a diferencia de la mentalidad continenta­l europea el servicio a la comunidad no pertenece a las institucio­nes públicas sino a la actividad privada. En Europa le exigimos al Estado que resuelva las carencias en las necesidade­s públicas, y por ello no hay tanta vocación de servicio ala comunidad. Para eso pagamos impuestos, solemos decir. Ello no obstante la conexión de la amistad con el servicio a los demás es original y atractivo. Porque el Estadono es eficaz y no llega. Creo que los de Rotary, que es la mayor ONG del mundo incluso con estatus consultivo en las Naciones Unidas, seguimos teniendo un claro espacio. Muchos al levantarse cada mañana y mirarse en el espejo para afeitarse se preguntan: ¿qué he hecho ayer ante el cúmulo de desgracias que nos rodean? Y me acuerdo de mis amigos y pienso que todo se hará mejor acompañado por ellos. Yo a las gentes de bien que me pregunten por Rotary les contestarí­a, si son veteranos, que este Club es buen lugar para hacer buenos amigos en la madurez y con ellos hacer algo de lo que nos abruma, y si son jóvenes les diré que con nosotros tienen la oportunida­d de hacer algo ante las calamidad es que aparecen cada día en los telediario­s y en las portadas de los periódicos. O sea, la amistad y la acción.

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 ?? GONZALO PÉREZ ?? Gamazo junto al monumento al fundador del Rotary Club, Paul Harris, en el Parque del Oeste de Madrid
GONZALO PÉREZ Gamazo junto al monumento al fundador del Rotary Club, Paul Harris, en el Parque del Oeste de Madrid

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