La Razón (Levante)

La «Bestia» que dijo no a Rossi

► Bastianini consigue en Le Mans su tercera victoria, superando a las dos Ducati oficiales. Es de los pocos italianos en la élite que renunció a formarse en la Academy de Valentino

- José Manuel Martín.

Enea Bastianini es de los pocos pilotos italianos de su edad que han llegado a la élite sin pasar por la Academy de Rossi. Él tuvo la oportunida­d de ir a aprender al Rancho de Valentino, pero dijo no con la misma personalid­ad que está exhibiendo en su segundo año en MotoGP. La «Bestia» está demostrand­o el porqué de su apodo y sus victorias empiezan a dejar de ser una sorpresa. Es el único que ha repetido triunfo en la categoría reina en 2022 y ya lleva tres con la que consiguió ayer en Le Mans. Otra demostraci­ón de pilotaje y serenidad para dar el golpe definitivo en el momento adecuado. Como si no fuera sólo su segundo curso en MotoGP y como si su Ducati no fuese una versión de 2021. La carrera por ser piloto oficial de la marca italiana en 2023 está abierta. Hay un hueco libre junto a Bagnaia, ya confirmado, y parece que Bastianini empieza a tomar la delantera. No puede ser de otra manera con sus números y con la forma en la que derrotó en Francia a los dos pilotos oficiales. Se quitó de encima sin demasiados problemas a Jack Miller para después quedarse un buen rato a rueda de Bagnaia, que venía de ganar a lo grande en Jerez y quería duplicar su éxito.

Pero Pecco se encontró con la «Bestia», que estudió a su compatriot­a y le adelantó en busca de que se pusiera nervioso. Justo hizo eso el vigente subcampeón, que cometió un par de fallos y se fue al suelo para dejar el camino libre hacia el triunfo al del Team Gresini. Un chico de 24 años nacido en Rimini y que ha moldeado su carrera como él ha querido. Fue subcampeón subcampeón de Moto3 en 2016 y conquistó el título de Moto2 en 2020. Siempre de la mano de Gresini, con el que creció en lugar de hacerlo con Rossi. Gresini falleció por culpa del covid, pero su equipo sigue en MotoGP dirigido por su viuda, Nadia Padovani, empeñada en engrandece­r la memoria de su marido. Y vaya si lo está haciendo Bastianini, un piloto con cara de niño bueno sin el casco puesto, pero de mano firme en sus decisiones encima de la moto.

Su Ducati es «antigua», pero está pudiendo con las oficiales y recién estrenadas Desmosedic­i 2022. Y él tiene mucha culpa de que el resultado sea tan bueno, por eso los otros pilotos de la marca empiezan a tener claro que será él quien se suba a la moto oficial en el futuro. «Ha ganado tres carreras y es italiano, ¿qué más hace falta?», decía Miller, segundo en Le Mans y consciente de que ahora mismo Enea le lleva la delantera, por mucho que Bagnaia haya dicho que se siente cómodo con el australian­o a su lado.

De Bastianini está sorprendie­ndo su capacidad para pilotar sin fallos bajo presión y para no mostrar sufrimient­o cuando otras monturas de la marca lo pasan mal. Ya ha sido líder del Mundial este año y cada vez que se sube al podio es para ganar. Ahora es tercero a ocho puntos de Quartararo, que perdió parte de su ventaja cuando se esperaba una exhibición ante su público.

Marc sigue muy lejos

A más de 15 segundos de Bastianini terminó Márquez y su cara lo decía todo. No encuentra la solución para estar más cerca de los primeros, así que tiene claro que no es el momento de arriesgar, porque no le serviría de mucho. Su realidad a día de hoy es el sexto puesto que pudo rescatar en Le Mans gracias a las caídas de las dos Suzuki. Reconoce que ni la Honda ni él están al máximo nivel y volvió a perder puntos respecto a los que luchan por el título. Ahora mismo es su realidad y trabaja para cambiarla lo antes posible.

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AP Enea Bastianini brilló en Le Mans

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