Hay que perseverar en las sanciones
La retirada del mercado ruso de dos multinacionales de sectores tan distintos como el de la restauración –McDonald´s– o la automoción –Renault–, ambas con una fuerte implantación en el país que preside Vladimir Putin, debería convencer al Kremlin de la voluntad occidental de llevar hasta el final la política de sanciones. Tal vez, el Gobierno ruso confíe en que las dificultades de aprovisionamiento de gas y combustible de los europeos operen un milagro laico, pero hay que llevarle a su ánimo la certeza de que sólo es cuestión de tiempo que la Unión Europea reorganice su mercado energético al margen de Rusia. Como ocurrió con la Suráfrica racista, si los occidentales persisten sin fisuras en la batalla económica, las probabilidades de que Rusia entre en razón se incrementarán en la misma medida que se resientan las arcas de Moscú y los problemas alcancen a su población.