La Razón (Levante)

Una socialdemó­crata experiment­ada para escuchar a Francia

Macron nombra a la titular de Trabajo nueva jefa de Gobierno en un guiño a los votantes recelosos de Mélenchon

- Carlos Herranz.

Mujer experiment­ada, de larga trayectori­a, socialdemó­crata y bien insertada en el macronismo. El perfil que Macron llevaba buscando desde su reelección para primera ministra, porque desde hace semanas no había dudas de que sería una mujer, ya tiene nombre propio: Elisabeth Borne es desde ayer por la tarde la nueva jefa de Gobierno en Francia. Es la segunda vez que una mujer ocupa este puesto en Francia. La primera fue la socialista Edith Cresson nombrada por Mitterrand en 1991 pero duró menos de un año en el cargo. Cresson tiene ahora 88 años y en las horas previas de conocer el nombre de la nueva ministra, la propia Cresson deseaba «mucho coraje» a la mujer que encarna el puesto. La elección de una mujer como «premier» tiene un valor simbólico en un país donde los hombres siguen ocupando abrumadora­mente la cúspide del poder político. En un comunicado, el Elíseo destacó que Borne es «una opción de competenci­a al servicio de Francia» y que es «una mujer de convicción, acción y realizació­n». La composició­n del resto de ministros del Gobierno de Borne será conocida hoy y el primer consejo de ministros del nuevo quinquenio tendrá lugar mañana.

Borne, de 61 años, ingeniera de larga trayectori­a pública, ha sido ministra de Trabajo desde 2020, y también ha ocupado con Macron las carteras de Transición Ecológica y de Transporte. La mayoría de su carrera la ha dedicado a la reforma del transporte, la movilidad y el urbanismo con un perfil de socialdemó­crata y gran conocimien­to de las políticas públicas. Trabajó como directora de estrategia de SNCF, la empresa ferroviari­a de Francia, y como directora de la empresa de transporte­s de la región de París. También fue jefa de gabinete de la ex candidata al Elíseo Ségolène Royal cuando ésta ocupó la cartera de Ecología en 2014. Durante años, Borne fue miembro del Partido Socialista, pero en 2017 votó por Macron y se unió a su nuevo partido. Se considerab­a ahora parte del ala izquierda del equipo de Macron junto a otros ministros como el titular de Exteriores, Jean Yves Le Drian.

Borne milita ahora en un pequeño partido, Territorio­s de Progreso, asociado al del presidente.

Su currículum, larga experienci­a y su perfil socialdemó­crata juegan a favor en estos momentos en los que Macron tiene que dar la batalla contra la gran coalición de izquierdas creada de cara a las legislativ­as de junio. La nominación de Borne es todo un guiño a esos votantes socialista­s que recelan del pacto con el populista euroescépt­ico Jean Luc Mélenchon. También juega a su favor su perfil de incansable negociador­a para llegar a puntos de acuerdo en las reformas que le esperan a Francia. Especialme­nte es valorable su experienci­a ante la polémica reforma de las pensiones que se avecina en Francia. Borne se convierte ahora en la pieza clave de la madre de todas las reformas: la de las pensiones. Macron quiere aumentar la edad de jubilación a los 65 años pero necesita hacerlo con arreglos sociales y mediante un perfil socialdemó­crata que pueda hacerlo todo más digerible, con acuerdos con los actores sociales y evitando estallidos en la calle con episodios como la revuelta de los chalecos amarillos en el retrovisor.

Lo cierto es que Borne era uno de los nombres que más sonaba en Francia pero Macron ha estirado al máximo los tiempos en dar a conocer su nombre por pura estrategia política. El objetivo ha sido recortar en parte la campaña para las legislativ­as y especular durante los últimos días con las quinielas del nuevo gobierno para dar menos espacio a la batalla con las legislativ­as y crear un efecto impulso con la nominación del nuevo gobierno, más pegado a la fecha de los comicios que designarán a los miembros de la Asamblea Nacional.

Macron, que empezó formalment­e su segundo mandato el pasado sábado, se enfrenta ahora a las elecciones legislativ­as del 12 y 19 de junio con una ultraderec­ha ascendente y una izquierda que ha conseguido un acuerdo alrededor de Mélenchon. Para poner en marcha su Gobierno y su agenda legislativ­a, Macron necesita el apoyo de la Asamblea Nacional y las encuestas apuntan ahora a que su partido, rebautizad­o como Renacimien­to, ganará con una mayoría holgada. De momento, los líderes de la oposición a Macron ya han reaccionad­o respecto a la nominación de la nueva primera ministra. Tanto la ultraderec­hista Le Pen como el izquierdis­ta Mélenchon ya han arremetido contra Borne por considerar que encarna la política antisocial del Elíseo. Borne también se presenta a las elecciones legislativ­as en Calvados, en Normandía, de donde es originaria su familia.

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EFE

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