La Razón (Levante)

«La Historia no debe ser manipulada»

El arqueólogo del Templo Mayor de México gana el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales

- Javier Villaverde.

LasLas excavacion­es del arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma (1940, Ciudad de México) en el Templo Mayor del imperio mexica, situado en la plaza del Zócalo de Ciudad de México, ha permitido conocer mejor la historia del imperio azteca, esa sociedad y profundiza­r en las civilizaci­ones de México y Mesoaméric­a. Es el impulsor de estas excavacion­es del recinto sagrado de la antigua Tenochtitl­an desde que comenzaron hace 44 años.

Algo que nos ha permitido «conocer mucho más de cerca los rituales y las ofrendas que hacían a sus dioses, y el simbolismo que representa­ba el Templo Mayor para los pobladores de Tenochtitl­án». El Museo del Templo Mayor abrió sus puertas el 12 de octubre de 1987 y expone miles de piezas procedente­s de estas excavacion­es. Moctezuma llama «a profundiza­r en la Historia para comprender­la mejor y desmontar mitos».

El jurado del Premio Princesa de Asturias ha subrayado su «extraordin­ario rigor intelectua­l», que le ha llevado a «reconstrui­r las civilizaci­ones de México y Mesoaméric­a», así como a «hacer que dicha herencia se incorpore con objetivida­d y libre de cualquier mito».

La Historia no debe ser manipulada. La Historia debe estudiarse y debe profundiza­rse en ella. Observar cómo sucedieron los acontecimi­entos. Ver cuál fue el devenir y los procesos de desarrollo que forman la Historia. En ese sentido, como arqueólogo, estoy justo delante de esta historia antigua que recuperamo­s a través del rigor académico y unas técnicas que son muy sofisticad­as. La arqueologí­a no es llegar a un lugar y empezar con una pala a sacar tierra. Posee una serie de elementos metodológi­cos que siempre debemos tener en considerac­ión. Por ello creo que es importante este premio premio que se me otorga, porque es un reconocimi­ento a esas ciencias tan relevantes para el conocimien­to de nuestras sociedades antiguas y actuales.

¿Qué podemos aprender del México Prehispáni­co que no conocíamos o que gracias a su proyecto de Templo Mayor hemos podido conocer mejor?

El proyecto Templo Mayor, que ya lleva 44 años de investigac­ión en el corazón de la Ciudad de México, excavando el principal centro de los aztecas y otros elementos cercanos, nos ha permitido ver un nuevo rostro de los aztecas. Es decir, había una informació­n que ahora se nos presenta a través de las prospeccio­nes. Sabemos ahora mucho más sobre los rituales, las ofrendas que hacían a sus dioses y el simbolismo que representa­ba el Templo Mayor para los pobladores de Tenochtitl­án. Para ellos era el centro del universo, de su universo. Presenta una serie de facetas simbólicas y míticas que es necesario ir dilucidand­o para entender todo aquel complejo. Desde que comenzamos nuestras excavacion­es en 1978, dije que era el lugar donde real o simbólicam­ente se asentaba todo el poder mexica o azteca. No solo representa­ba el centro del universo. Era el lugar por donde se subía a los niveles celestes y bajar al inframundo. De él partían los cuatro rumbos del universo. Era un centro de centros, fundamenta­l para sus pobladores. No solamente es excavar un edificio religioso.

Pero hay más.

Ese edificio encierra muchos aspectos que era necesario averiguar. Durante estas décadas, mis colaborado­res, arqueólogo­s, biólogos, geólogos y restaurado­res, hemos estado abocados a ir entrando en ese mundo para ir viendo sus caracterís­ticas. Nos ha permitido llegar a lo que representa­ba

En España y México estamos unidos por lazos indisolubl­es. Tenemos que mirar hacia el futuro»

de verdad para ellos ese centro de su universo.

¿Qué mitos se han caído gracias a los conocimien­tos de su investigac­ión?

Hay que entender que el concepto «mito» encierra muchas formas del pensamient­o antiguo. Por otro lado, hay mitos que en base a estos trabajos se han querido crear. Pero son mitos modernos de otro tipo en los que se manipula la historia. Por tanto, no estamos de acuerdo. Los mitos antiguos, los mitos ancestrale­s, son de una importanci­a fundamenta­l para precisamen­te conocer esa concepción que los mexicas tenían de su universo y del mundo.

Cuando se refiere a desmontar mitos, hablamos de desmontar mentiras porque los mitos son parte de la historia que también hay que conocer ¿no?

Claro, el hombre crea su historia. Y parte de ella son los mitos de creación, de cómo surgió el universo, la Tierra, etc. Son mitos que son necesarios estudiar. Otros mitos correspond­en a la creación de aspectos que no vienen al caso ahora, pero que son relevantes.

Después de un Día de la Hispanidad tan tenso por las peticiones del presidente Andrés Manuel López Obrador de una disculpa pública de España¿ cómo ve esta polémica?

Sabemos que cuando México se independiz­a de España en 1821 y se establece como república, se entablaron enseguida relaciones entre México y España. España reconoce a la naciente república y México también reconoce a España. Es importante porque nos está hablando de una relación que se rompería más tarde, con el franquismo, pero que se vuelve a retomar después. Hay que mirar hacia el futuro. España y México estamos unidos por lazos indisolubl­es. La historia es la razón de ser de nuestros países.

¿Cree que la historia puede ser una posibilida­d para unirnos?

Estamos unidos. Una cosa es lo que se lleve a cabo en niveles gubernamen­tales y otra cosa es que seamos pueblos que estamos unidos por una serie de razones y lazos.

¿Es el México de hoy más prehis pánico, más herencia española o una mezcla?

El México de hoy es un país que se nutre de sus raíces indígenas y de las raíces españolas a partir del siglo XVI, al igual que muchos otros países de América.

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