«El sastre de la mafia», unas puntadas a la camorra

La carrera de Mark Rylance es una de esas que cuesta entender en el gran organigrama del Hollywood moderno. Bicho de teatro y secundario de lujo toda su vida en producciones como «Corazones de fuego» y protagonista de excepción en dramas de pulsión artística como «Intimidad», no alcanzó verdadera repercusión y reconocimiento hasta que Spielberg, en «El puente de los espías» (2015), consideró que lo tenía todo para dar vida al hombre incógnita que fue el célebre espía doble Rudolf Abel. Oscar en mano, Rylance no ha faltado a un solo Spielberg desde aquella colaboración, y es normal que se prestara a protagonizar «El sastre de la mafia», proyecto originalmente ligado al rey Midas de Hollywood.

Buena taquilla en EE UU

En la película, que se estrena en España tras un muy buen desempeño en la taquilla americana, Rylance da vida a un sastre británico que, tras una tragedia personal, acaba en el Chicago inmediatamente posterior al reinado de Al Capone. Consciente de sus habilidades de lujo, su personaje las pondrá al servicio de los únicos capaces de pagarlas en los cincuenta: los mafiosos del barrio. Así comienza una trepidante y tensa historia de engaños y mentiras que le irán metiendo cada vez más en la boca del lobo gracias a la labor de Graham Moore en la dirección, un debutante, y a las «asistencias» en la interpretación de los jóvenes (e ídolos de masas adolescentes) Zoey Deutch («The Politician») y Dylan O’Brien («Teen Wolf»).