La investigación
Laura Borràs habla desde un púlpito fraudulento. Difama con impunidad y con la caradura de quien como Borràs se niega a dimitir una vez se le abra juicio oral por presunta falsedad documental, fraude administrativo, prevaricación administrativa y malversación de caudales públicos. Por supuesto, Don Juan Carlos no tiene causa alguna pendiente, muy al contrario que Puigdemont, en busca y captura por participar en un golpe contra el orden constitucional.