La Razón (Levante)

¿Cuántos alimentos hay que darle a un bebé?

- Cintia Borja Cintia Borja es enfermera consultora lactancia certificad­a IBBLC consultala­ctancia@larazon.es

ElEl inicio de la alimentaci­ón complement­aria es un periodo en el que asaltan un sinfín de dudas. Estar dentro de algunos grupos de «wasap» de madres y padres me ofrece la posibilida­d de sacar jugosa informació­n que constata la preocupaci­ón de algunos. Hacen preguntas que nos pueden parecer de Perogrullo como: «¿No sé cuándo debo darle agua?» o «¿Debo darle cena?».

Los padres se enfrentan a una importante variación de recomendac­iones, que no solo provienen del sector sanitario, sino también del entorno, de los medios de comunicaci­ón o de internet, un gran proveedor de informació­n en donde la industria de preparados de alimentos para bebés ha encontrado la gallina de los huevos de oro para recomendar a los padres y promociona­r sus productos.

El término de introducci­ón de alimentaci­ón complement­aria hace referencia a «completar» la leche materna o en su defecto leche de fórmula, es decir, otros alimentos van a complement­ar, a partir de los seis meses, a la leche, no ha de sustituirl­a. La leche debe mantenerse como parte fundamenta­l de su dieta, más o menos hasta el año de edad. De este modo, los nuevos alimentos serán introducid­os de forma gradual hasta que adquiera la dieta propia del adulto.

Para ello deberíamos tener en considerac­ión algunos aspectos tanto cuantitati­vos como cualitativ­os en cuanto a las necesidade­s nutriciona­les del bebé, y en este punto es necesario realizar una valoración individual de cada niño o niña.

Y es aquí cuando entra la parte cuantitati­va de la alimentaci­ón. Es fundamenta­l considerar que no todos los bebés comen igual, y la cantidad de veces que ofreceremo­s otros alimentos distintos a la leche, depende de varios factores. Al igual que los adultos algunos bebés comen más cantidad que otros, también depende de la forma que se introduzca­n los alimentos (triturados o a trozos).

Si los padres deciden practicar el «baby led weaning» (alimentaci­ón dirigida por el bebé), posiblemen­te el bebé coma menos cantidad que si los alimentos son triturados. Emplees el método que emplees es importante respetar su apetito, prestando atención a sus señales de hambre y saciedad, porque tan solo él sabe cuándo tiene hambre y cuando se siente saciado. No debemos forzar a que coma, siendo frecuente que rechace al principio aquellos alimentos que le son nuevos, que no ha probado nunca, y necesite experiment­ar más veces para acostumbra­rse a su sabor o textura. Presionar para que coma no conduce a nada. Al contrario, dificulta que disfrute de la experienci­a y convierte el momento de alimentars­e en un castigo.

La preocupaci­ón de los padres sobre si toma suficiente cantidad de alimento es también algo frecuente. Mi recomendac­ión, es dejar al bebé que actúe como cuando tomaba solo pecho, es decir, déjalo que sea quién decida la cantidad, los padres deciden deciden qué debe de comer, y el bebé determina la cantidad, y por lo tanto, comerá en arreglo al hambre que tenga. Sobre este aspecto es importante destacar que al principio puede que sólo acepte unas pocas cucharadas o trocitos de comida, mientras que a otros se les debe frenar. Cada niño o niña es diferente y tiene sus tiempos.

El inicio de la alimentaci­ón complement­aria tiene como función principal que el bebé practique, experiment­e y conozca nuevos sabores y texturas de alimentos, más que nutrirlo, por lo que es recomendab­le ofrecerle más a menudo para despertar su interés, mientras que, al comilón, con ofrecerle una comida principal y una comida ligera va a ser suficiente hasta los 9 meses, momento que se le pueden incluir dos comidas y dos colaciones (comidas ligeras).

Probar nuevos alimentos es una gran aventura que no requiere de un orden determinad­o para introducir­los, pero los padres siguen preguntand­o por qué alimentos deben empezar. En este aspecto resaltaría que lo importante es adaptar la alimentaci­ón familiar a las caracterís­ticas de cada niño o niña, porque lo esencial es que el bebé aprenda a comer y adquiera hábitos de alimentaci­ón saludables de por vida.

No hay alimentos mejores que otros, aunque lo que sí recomienda­n los expertos como idea general, es empezar por los más ricos en zinc y hierro, sin retrasar la introducci­ón de alimentos potencialm­ente alérgicos (huevo, pescado, frutos secos, algunas frutas), que pueden ser introducid­os desde los seis meses de edad. Aplazar su introducci­ón, no tiene ningún efecto preventivo en el desarrollo de alergias, incluso en aquellos niños o niñas cuyos padres lo sean.

La próxima semana hablaremos de los alimentos «prohibidos» al inicio de la alimentaci­ón complement­aria.

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LA RAZÓN La leche debe ser la parte fundamenta­l de la dieta hasta el año de vida
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