Yo, Leonor

HaHa venido el yayo y se ha montado la de Dios es Cristo. Aquí es que no se puede dar un paso ya sin que se líe una gorda. Ha venido después de dos años y se ha ido a Sanxenso, y está allí el hombre con sus amigotes y con la tita, que a ver si se cambia ese pelo de rizo apretujao, que es que no se puede ya con esa permanente abisinia. Un poquito de soltura en ese rizo, por favor, tita. Ha venido el yayo y no se le puede hablar a Altibajos. Está que lanza rayos verdes por los ojos. Y como encima está como está de fuerte, que es la Hulk Hogan de las monarquías, te pega un mandoble que te pone la cabeza a dar vueltas. Que yo no sé tampoco si ese brazo hacía falta, la verdad. Pero como esa mujer no tiene límite, es que no para. Yoga, pilates, bicicleta, mancuernas, fondos, aparatos para los tríceps, planchas, flexiones, corre, boxea y baila zumba. Es que no tiene tiempo para nada, ni para irse a dar el tinte. Que dicen que está poniendo las canas de moda. ¡Pero cómo no va a ponerlas si esa muchacha es una peonza! ¡Si no para quieta! Que el otro día se puso un vestido enseñando abdominales y esa tripa es una encimera de Macael.

En fin, le ha dao por el deporte y Dios nos libre de decirle nada que eso, enfadada, es un American Stafford cabreadísimo. El caso es que ha venido el yayo (que ya te digo yo que Godello no va a sobrar en Pontevedra) y está todo el mundo mu loco. Que yo creo que el Emir de Qatar acudió gracias al yayo a visitarnos y que ahora ya nos da lo mismo que tenga tres mujeres y que sea un sátrapa porque le hemos hecho la ola a todo lo que da. Pues claro que sí, hombre. Y poca ola se le ha hecho. Y luego me he enterado de que mi prima Vic Fri lo ha dejado con el bajito. Son señales. Definitivamente el mundo se acaba. Hasta luego, que voy a tomarme una pinta.