La Razón (Levante)

Vivir y dormir

- Fernando Rayón

Moncloa se ha empeñado en decir que el regreso de don Juan Carlos no tiene nada que ver con ellos y ha señalado a Zarzuela como única responsabl­e de lo que acontece estos días.Si se quería que el regreso de don Juan Carlos -después de casi dos años- fuera discreto, ha sido todo menos eso. Llegar en un vuelo privado, movilizand­o una escolta notable, y a unas regatas donde el ambiente es el que es, no se le hubiera ocurrido ni al asesor de imagen más torpe. Pero me dicen, y con razón, que eso mismo es lo que le han permitido hacer. No le han dejado venir a Madrid a su casa, y don Juan Carlos que es listo como el hambre ha aprovechad­o la ocasión para, una vez más, hacer lo que le ha dado la gana.

Y vamos con la Casa Real. Tampoco me creo la explicació­n de que ellos no tienen nada que ver y que se enteraron del regreso en el último momento, apenas unas horas antes. Si fuera así, don Juan Carlos habría vuelto a España hace tiempo. Y todo esto me lleva a una conclusión. Si se quería discreción, no se podía haber actuado de forma más torpe. ¿Dónde queda la privacidad pactada en la que acordó moverse el propio ex Rey?

Pero también me gustaría detenerme en otro aspecto no resuelto y que seguirá dando que hablar: su residencia cuando venga a España. Desde el primer momento defendí que el lugar donde debía vivir don Juan Carlos era el palacio de La Zarzuela. No solo había razones de convenienc­ia: lugar ya vigilado que no supondría un incremento ni gasto extra -como ahora hemos visto- en su seguridad; un espacio que él conoce y donde se siente cómodo; la proximidad a su esposa; el control que puede tenerse sobre su actividad y visitas… Comprendo que, una vez que su hijo le retiró la asignación, no parece convenient­e que siga viviendo de los impuestos que pagan los españoles pero, créanme, ese gasto no sería ni la cuarta parte de lo que vamos a pagar en sus desplazami­entos y pernoctaci­ones privadas. Y si se argumenta -con razón- que Zarzuela no es su residencia privada, sino la residencia oficial del Jefe del Estado, ¿Qué hace el Rey no viviendo en ella y manteniend­o otra casa abierta?

Por supuesto no valdría ninguna otra residencia de Patrimonio Nacional para sustituir a Zarzuela: estaríamos en las mismas. Una pena haber vendido la casa de los condes de Barcelona en la calle Guisando de Puerta de Hierro. Por eso se me ocurre una solución que seguro que nadie me van a comprar: que cuando don Juan Carlos venga a Madrid, duerma en Zarzuela como invitado de su esposa la reina doña Sofía. Es lo que la Reina lleva haciendo con su hermana la princesa Irene desde hace años y nadie ha pedido explicacio­nes por ello. Sería razonable que le hiciera ese favor a su esposo.

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