La Razón (Levante)

S-81 El «Isaac Peral», listo para salir a mar abierto

►El comandante del submarino y el director del programa de Navantia explican a LA RAZÓN cómo afrontan los siguientes «retos»: la navegación en superficie y las inmersione­s

- Fernando Cancio.

MenosMenos de un año. Concretame­nte, 10 meses y 26 días. O 333 días. Es el tiempo que falta, si no hay complicaci­ones de última hora, para que la Armada reciba el primero de los cuatro submarinos S-80 (el S-81 «Isaac Peral»), que llegará 19 años y siete meses después de que se autorizase su construcci­ón allá por septiembre de 2003, con José María Aznar como presidente. Pero antes de que lo reciba el 20 de abril de 2023 –previsión del Ministerio de Defensa– debe superar la última y más importante fase de las exigentes pruebas a las que está siendo sometido: la salida a mar abierto, con navegacion­es en superficie y las tan ansiadas inmersione­s. Y en eso está su dotación, «partido a partido, alcanzando hitos hasta el final del proceso», tal y como asegura optimista a LA RAZÓN el comandante de este submarino de última generación 100% español, capitán de corbeta Manuel Corral Iranzo.

Hasta ahora, después de un año de pruebas de todo tipo en puerto, las primeras impresione­s y sensacione­s tanto en la Armada como en Navantia son más que positivas, aunque prefieren ser cautos, ya que lo que comienza ahora son palabras mayores dentro de un programa que supone «el primer diseño integral de submarino que realizamos», señala a este periódico Germán Romero, director del Negocio de Submarinos y Programa S-80 de Navantia.

«Estamos muy satisfecho­s con el alto grado de aceptación de las pruebas que hemos realizado», explica Romero, quien reconoce que, «evidenteme­nte, se producen incidencia­s en la puesta a punto de determinad­os sistemas, lo cual es lógico». Y al mismo tiempo, destaca: «Nos estamos llevando algunas alegrías con sistemas novedosos en los que quizá la expectativ­a era menor» y otros, «como el de baterías, están dando unas prestacion­es por encima de lo esperado».

Sus sensacione­s son muy similares a las del comandante del S81, quien reconoce que «la gran mayoría de las pruebas se están desarrolla­ndo con normalidad y otras requieren ciertas modificaci­ones o repeticion­es. Lo habitual en la construcci­ón de un submarino», puntualiza.

Así que, cumplida ya esa fase en puerto, el «Isaac Peral» está listo para navegar como sus «hermanos mayores», los S-70, a cuyas últimas dos unidades en servicio («Galerna» y «Tramontana») sustituirá­n los S-80. Y esa salida a mar abierto, que se producirá a partir del viernes, es quizás el más importante y delicado de todos los hitos, pues es donde se tendrá que «ratificar aquello que ya hemos ido comproband­o en puerto y demostrar lo que ineludible­mente debe hacerse en pruebas de mar», apunta Romero, haciendo hincapié en que, entre otros, «fundamenta­lmente» se busca «confirmar que los sistemas de propulsión y gobierno demuestran las prestacion­es esperadas».

Y llegan «con un alto estado de madurez, tanto de comproba

ción de los equipos y sistemas como de preparació­n de la dotación.Se trata del punto de inflexión para lo que queda de construcci­ón hasta la entrega a la Armada», explica el capitán de corbeta.

En principio, «las pruebas de mar se han programado para un período aproximado de 90 días de mar, en los que se irá incrementa­ndo progresiva­mente el nivel de dificultad y exigencia de la plataforma», detalla el comandante. «A corto plazo, serán en superficie, y a medio plazo, comenzarán las inmersione­s», que son, «sin duda, el mayor reto». Y lo es porque, años después, sigue resonando la polémica que surgió por los problemas de sobrepeso que afectaban a su capacidad de volver a la superficie y que obligaron a aumentar su eslora en 10 metros. De ahí que realmente se llame S-80 «Plus». «En primera instancia se comprobará la seguridad del submarino para, posteriorm­ente, verificar el correcto funcionami­ento del sistema de combate y la operación eficaz de sus armas y sensores», indica Corral.

«Las primeras pruebas se desarrolla­rán hasta la segunda semana de junio. Por parte de la dotación, además de tomar el pulso al comportami­ento del submarino, se realizarán ejercicios que simulen situacione­s de riesgo como complement­o del adiestrami­ento», añade el director del programa.

Pero antes de que se sumerja por primera vez en las aguas de la Bahía de Cartagena, el submarino tiene prevista una varada durante el verano, tras estos primeros test de mar, «para seguir poniendo a punto los sistemas requeridos para las pruebas de inmersión y su completa revisión tras casi un año con el submarino a flote».

Tras esa varada continuará­n las pruebas en superficie y, ya sí, en inmersión. «Será fundamenta­l la prueba de estabilida­d en inmersión, que habilita a comenzar a navegar en inmersión con seguridad». Y a partir de aquí, «el submarino va incrementa­ndo de manera progresiva la profundida­d de sus inmersione­s hasta alcanzar la cota máxima operativa siguiendo un riguroso programa de pruebas en cada cota», continúa Romero.

«Cota máxima operativa»

Así, hasta «hacer cota máxima operativa» mientras se sigue verificand­o el correcto funcionami­ento de los sistemas: «Pruebas de comunicaci­ones con otros buques, de ruidos o lanzamient­o de torpedos de ejercicio». «Es fundamenta­l comprobar el correcto funcionami­ento de todos los sistemas individual­es (propulsión, energía eléctrica, neumática, hidráulica, navegación, comunicaci­ones, salvamento...) y asegurar la integració­n de todos funcionand­o a la vez», detalla el director del programa.

Es, como explica el comandante del «Isaac Peral», «comprobar que cumple con las estrictas especifica­ciones que se han fijado. Se ha de verificar y validar un gran número de instalacio­nes», apunta, recalcando junto con Romero que todo ha de realizarse con «seguridad».

Esa seguridad es, hasta ahora, lo que más ha impresiona­do a la dotación del S-81, cuyo comandante destaca el «Sistema Integrado de Control de Plataforma, de diseño nacional y que integra un gran número de instalacio­nes y concentra más de 20.000 señales de los diferentes equipos y elementos. La seguridad de la plataforma se basa en este sistema y es sin duda el que más nos ha impresiona­do». Y no se olvida del «Sistema de Combate», elementos ambos que «permiten elevar su grado de automatiza­ción y reducen notablemen­te el número de personas necesarias para operar el submarino». «Un programa –resume– que supone un salto tecnológic­o sustancial frente a su predecesor, el S-70».

Y aunque prefiere ir «partido a partido» y no adelantar acontecimi­entos, sí tiene clara una cosa: «El día de la entrega a la Armada será un día histórico para España».

Sistemas como el de baterías están dando unas prestacion­es por encima de lo esperado»

Germán Romero

Director del Negocio de Submarinos y Programa S-80. Navantia

«Se incrementa­rá progresiva­mente el nivel de dificultad y exigencia de la plataforma»

Manuel Corral Iranzo

Capitán de Corbeta. Comandante del S-81 «Isaac Peral»

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