El Rey ve «injustificado y brutal» el «ataque» de Rusia
► Felipe VI brinda por la sociedad ucraniana tras darse un baño de multitudes en el desfile del Día de las Fuerzas Armadas en Huesca
«Tenemos«Tenemos que recordar que la sociedad ucraniana está sufriendo un ataque injustificado y brutal por parte de Rusia». Con estas palabras, Felipe VI cerraba ayer el acto central con motivo del Día de las Fuerzas Armadas, cuyo tradicional desfile se celebró en Huesca. Una frase ésta que pronunció durante el brindis posterior que realizó en la recepción que ofreció a las autoridades en el Palacio de Congresos de la ciudad.
En su discurso, el Rey hizo hincapié en que, pese a tratarse de una jornada de celebración, no se puede ignorar el hecho de que «en las puertas de Europa hay una guerra». Algo que pidió «tener en mente». Fue la vez que con más claridad se ha pronunciado en relación a la invasión de Ucrania por parte de Vladimir Putin.
En este contexto internacional, Don Felipe quiso también hacer referencia a la cara más amable de la jornada y recordó que España celebra el lunes el 40 aniversario de su ingreso en la OTAN, fecha que calificó de «muy importante» y aprovechó para homenajear a «nuestros aliados» y a todos los que «sirviendo la bandera de la OTAN, pero también de la UE y la ONU, han dado y entregado su vida».
En lo que se refiere al desfile del Día de las Fuerzas Armadas, recordó que en 2020 tuvo que suspenderse por la pandemia, por lo que «teníamos ganas de recuperarlo en todo su esplendor». Según dijo, «ha sido un día realmente bonito».
Y lo fue porque la ciudad entera se volcó con las Fuerzas Armadas. Los oscenses esperaban con ganas esta jornada y fueron miles los que desde primera hora se agolparon en las calles por las que pasaban los militares. Bandera en mano, no dejaron de aplaudir y vitorear a los militares y, sobre todo, al Rey, que como capitán general de las Fuerzas Armadas presidió una parada con más de 3.200 uniformados.
«¡Viva España!» o «¡vivan las Fuerzas Armadas!», gritaban los oscenses antes incluso de que arrancara el acto central. Ni un alma cabía en los alrededores, pero tampoco en los balcones de los edificios cercanos que estaban, además, engalanados con numerosas banderas rojigualdas.
Eran las 12:00 cuando, de repente, los vítores subieron aún más de intensidad porque por megafonía anunciaron la llegada del coche de Don Felipe y Doña Letizia. Los aplausos y vivas no cesaron y se prolongaron durante varios minutos. minutos. A pie de calle les recibieron la ministra de Defensa, Margarita Robles; el Jefe de Estado Mayor de la defensa, almirante general Teodoro López Calderón, y el presidente de Aragón, Javier Lambán.
Y a partir de ahí , una vez cumplidos los actos protocolarios, los ciudadanos pudieron disfrutar de los actos. Primero, con el descenso de dos paracaidistas del Ejército del Aire que portaban la bandera y aterrizaron, en una maniobra casi imposible, justo al lado de la tribuna. Y después, con la primera de las pasadas de la «Patrulla Águila». Sin embargo, el humo de colores les volvió a jugar una mala pasada.
Acto seguido los cazas, helicópteros y aviones surcaron los cielos y, entre ellos algunas de las últimas adquisiciones, como los aviones de enseñanza «Pilatus» o el A330 de reabastecimiento. Tras ellos arrancó el desfile terrestre, con carros de combate como los «Leopard», desplegados en Letonia con la OTAN. De hecho, la bandera aliada y las de los 30 países miembros estuvieron presentes.
La Legión y los Regulares cerraron un desfile que arrancó como comenzó, con aplausos y vivas a los Reyes mientras se marchaban.
«No podemos ignorar que en las puertas de Europa hay una guerra», apuntó Don Felipe en el brindis
La bandera de la OTAN y las de los 30 países miembros desfilaron por las calles de Huesca