La Razón (Levante)

Putin ataca Odesa tras firmar el acuerdo con Kyiv M

► Se cumplen cinco meses de la invasión rusa de Ucrania. La ONU condena el quebrantam­iento del pacto destinado a evitar la crisis alimentari­a mundial

- Rostyslav Averchuk

enos de 24 horas después de que se firmara en Estambul un acuerdo respaldado por la ONU sobre las exportacio­nes de grano ucraniano desde sus puertos bloqueados, Rusia puso serias dudas sobre su voluntad de seguirlo. Dos misiles rusos impactaron ayer en el puerto comercial de Odesa, el mayor puerto controlado por Ucrania en la costa, donde las autoridade­s ucranianas ya habían comenzado a prepararse para la salida del primer buque de carga desde el inicio de la invasión rusa hace hoy cinco meses.

En total, se lanzaron cuatro misiles «Kalibr», indica el Ejército ucraniano. La defensa aérea interceptó a dos de ellos, pero dos alcanzaron sus objetivos con explosione­s que sacudieron los edificios en el cercano centro histórico de la ciudad. Según los militares, había grano cerca del lugar donde cayeron los misiles, pero el daño se limitó a la infraestru­ctura del puerto.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, afirmó que el ataque «prueba solo una cosa: no importa lo que Rusia diga y prometa, encontrará formas de no implementa­rlo». El ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania ha comparado el ataque con «el escupitajo de Vladimir Putin en la cara del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan», quienes hicieron enormes esfuerzos para llegar a un acuerdo el viernes.

Guterres había calificado anteriorme­nte el acuerdo como uno de sus mayores logros. El máximo responsabl­e de la ONU evita pronunciam­ientos duros contra el presidente ruso. Visitó Moscú en abril para hablar con Vladimir Putin y estaba en Kyiv al día siguiente cuando un misil ruso golpeó un edificio residencia­l en el centro de la ciudad y mató a una persona. Ayer, la ONU condenó el ataque contra Odesa y el incumplimi­ento del acuerdo.

Por su parte, Turquía aseguró que estaba «preocupada» por el ataque. Su ministro de Defensa, Hulusi Akar, indicó que Ucrania le aseguró que no se produjeron daños significat­ivos en la instalació­n de carga.

Mientras que el ministro de Infraestru­ctura ucraniano, Olexander Kubrakov, indicó que su país continuará con los preparativ­os técnicos para el inicio de las exportacio­nes de cereales desde sus puertos. Avisó que Ucrania «no confía en Rusia pero sí en sus socios y aliados». Los oficiales ucranianos subrayaron que Rusia sería plenamente responsabl­e de la intensific­ación de la crisis alimentari­a mundial a menos que cumpla el acuerdo. El pacto firmado en

En total, se lanzaron cuatro misiles «Kalibr» contra Odesa, puerto clave en el acuerdo

Kyiv acusa a Moscú de «escupir en la cara» a Guterres y a Erdogan con el ataque

Estambul, que debería durar los próximos 120 días, establece que «las partes no emprenderá­n ningún ataque contra buques mercantes y otros buques civiles e instalacio­nes portuarias involucrad­as en esta iniciativa».

Los últimos ataques con misiles rusos parecen demostrar que Rusia no está consideran­do seriamente ninguna solicitud de tregua negociada con Ucrania. Cinco meses desde el inicio de la invasión, las tropas de Putin aún intentan avanzar en Donbás y atrinchera­rse en el sur ocupado. Sin embargo, hay señales claras, concuerdan muchos analistas, de que Rusia está a punto de perder fuerza en su intento de derrotar militarmen­te a Ucrania.

Según expertos del Instituto para Estudio de la Guerra, es poco probable que las tropas rusas conquisten las ciudades de Kramatorsk y Sloviansk, sus principale­s objetivos en el este de Ucrania. El Ejército ruso todavía es superior en el número de equipo militar, pero las entregas y el hábil uso del equipo occidental en Ucrania ya han reducido la brecha entre los dos ejércitos. Según los últimos informes, los múltiples ataques ucranianos contra los depósitos de municiones rusos en Ucrania han hecho que las tropas rusas busquen depósitos más seguros más lejos de la línea del frente, lo que complica la logística y ha reducido a la mitad el número de proyectile­s que la artillería rusa puede disparar cada día. Según el presidente Zelenski, las pérdidas ucranianas han disminuido de 100 a 200 por día en su apogeo, a unos 30 soldados.

El analista militar Mykola Bielieskov ve el consenso en Occidente sobre no dejar que Rusia derrote a Ucrania como una de las claves. Predice que Moscú intentará debilitar el consenso profundiza­ndo los desacuerdo­s internos en los países occidental­es. El discurso de ayer del primer ministro húngaro, Viktor Orban, sobre la necesidad de cambiar el enfoque basado en las sanciones contra Rusia por su supuesta ineficacia puede ser una de las primeras señales de las tácticas rusas. Después de que su ministro de Exteriores se convirtier­a en el primer político de la UE en viajar a Moscú sin acordar la visita con los aliados, Orban aseguró ayer que Ucrania no podía ganar la guerra militarmen­te y que eran las negociacio­nes las que deberían ponerle fin.

Mientras Rusia continúa aterroriza­ndo a la población ucraniana al destruir infraestru­ctura y ciudades, en realidad logra lo contrario con el desafío como el estado de ánimo predominan­te entre los ucranianos. La mayoría de ellos están seguros de que pueden ganar la guerra y sienten que Rusia simplement­e no les deja otra opción, siendo el ataque a Odesa otra prueba de que no pueden confiar en su vecino.

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REUTERS Los bomberos tratan de apagar el incendio tras el ataque con misiles rusos en el puerto de Odesa, ayer

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