«El potencial del fútbol femenino es igual que el del masculino o mayor» Danae Boronat Periodista
En su libro pide un tratamiento más respetuoso para las mujeres futbolistas
DanaeDanae Boronat (Tarragona, 1985) es una de las caras de la Liga en Movistar+, pero además es la autora de «No las llames chicas, llámalas futbolistas». Un libro en el que reclama un espacio propio para el fútbol femenino y el trato respetuoso que no han tenido ni las jugadores ni este deporte durante muchos años en España. En este sentido se va ganando terreno, como está demostrando la Eurocopa femenina 2022.
¿Cómo se le ocurre este libro?
El conocimiento que tenía del fútbol femenino era muy básico. Nunca lo había seguido y yo necesitaba mucho «background», saber de dónde venían, y esto me permitió tenerlo, me permitió absorber mucha información. A partir de narrar el Mundial de Francia en 2019 te pones a buscar información de las jugadoras y ves que no hay nada. Y yo dije: «Esto, ¿cómo puede ser?». Era consciente de la realidad, pero no tanto. Y me pareció superinjusto. A partir de ahí empecé a dar vueltas a hacer algo sobre fútbol femenino. Presentamos la idea y a la editorial le cuadró, me dijeron que le veían mucho interés. Apenas había libros sobre fútbol femenino y es un tema del que ya se está hablando mucho. Es casi un año de trabajo, de entrevistas.
La parte que más repercusión ha tenido es la de Quereda, el seleccionador, y lo que hacía a las jugadoras internacionales.
Lo más curioso de todo es que me lo contaron todas y lo contaban como si nada. En ningún momento me dicen «ahora te voy a contar una cosa muy fuerte». No, no, no. Todo lo contrario. Yo simplemente les preguntaba: «Y en la selección, ¿qué tal?». La primera a la que yo entrevisto me cuenta su parte y yo digo «¿cómo, cómo, cómo?». Yo iba repreguntando y a ella le parecía raro. Es Alicia Fuentes la primera que me contó que le pellizca el culo. Pero ella te lo cuenta de una forma natural, no lo cuenta como un trauma o algo supergrave. Yo digo «un momento, esto es muy grave», pero ella ya lo había asumido como algo que quizá es fuerte pero que era habitual. Es la sensación de que ellas en su día lo asumieron como un peaje para estar en la selección y ahora como ya lo ven como algo del pasado, como algo ya superado, lo cuentan con detalle.
¿Al fútbol español que le falta?
Faltan muchas cosas. Una de ellas es la visibilidad. Hace falta que se vean mucho más los partidos y en mejores horarios porque al final lo que no ves no existe. Y si no lo ves en televisión es difícil. No se trata de hacer algo artificial. Estoy convencida de que el potencial del fútbol femenino es igual que el del masculino o incluso más, porque le añado a mujeres que normalmente no se ven interesadas en el fútbol, pero sí les llama la atención el fútbol femenino.
¿Qué importancia tuvo el triplete del Barça para impulsar el fútbol femenino?
Es básico. Ahora ya hay referentes del fútbol femenino, como ahora las niñas ven a Amanda, a Alexia,
Las niñas ven a Alexia en las radios y los periódicos y dicen: «Yo también quiero ser futbolista»
ven a jugadoras en televisión, en los periódicos, hablando de ellas en la radio, hace que las niñas digan «yo también quiero ser futbolista». Alguno dice que el fútbol no le interesaba a las mujeres o que no querían jugarlo. Ahora mismo es el cuarto deporte más practicado por mujeres en España.
¿El proceso empieza por las aficionadas?
Claro. Si tú ves la mayoría de clubes, por ejemplo en el Barça el 40 por ciento de la masa social son mujeres. Y lo mismo sucede en el Atleti y en otros. Primero se incorporaron como espectadoras y después a la práctica, cuando empezó a desaparecer ese señalamiento de tú juegas al fútbol, tú eres un marimacho.
¿Se puede superar la dependencia del fútbol masculino?
Es muy difícil que clubes como el Sporting de Huelva o el Granadilla de Tenerife sobrevivan en la élite del fútbol femenino porque no tienen tienen capacidad económica. Es una pena porque son los clubes que han apostado desde el inicio por el fútbol femenino. Pero si queremos que las jugadoras tengan condiciones profesionales, qué mejor que hacerlo al amparo de los clubes grandes como el Atlético, el Barça, el Real Madrid o la Real. Es un conflicto que no debería ser así, pero por desgracia vamos hacia un modelo en el que los clubes fuertes son los que podrán de inicio sostener a su equipo femenino.
Que haya narradoras sigue siendo una rareza
Soy bastante pesimista en esto. El recorrido va a ser largo. Cuando narré el Mundial femenino las estudiantes de periodismo, me escribían: «Nunca me lo había planteado y ahora sí». Es básico que haya referentes. En mi caso no vinieron a ofrecerme la posibilidad, la tuve que reclamar yo, «quiero hacer esto». Las mujeres tenemos que lucharlo, pero necesitamos que los jefes apuesten.