La Razón (Levante)

La Lactancia Materna, un esfuerzo de todos

- Cintia Borja Cintia Borja es enfermera consultora lactancia certificad­a IBBLC

ElEl próximo 1 de agosto como es habitual se inicia la semana mundial de la lactancia materna, este año con el lema, «Impulsemos la lactancia materna: Apoyando y educando».

Una consigna muy apropiada, dado el menoscabo que esta práctica ha sufrido durante estos años de pandemia, el desconocim­iento tanto de los mecanismos de contagio como de los riesgos potenciale­s para la madre y el recién nacido, cambiaron el modelo de atención al parto y lactancia. La falta de evidencia sobre los efectos del virus sobre el lactante hizo que mujeres que habían dado positivo en coronaviru­s durante el parto y/o el puerperio, fueran separadas del recién nacido, desalentán­dolas a amamantar, un hecho que supuso a la vez, que madres no positivas en coronaviru­s optaran por la alimentaci­ón con leche de fórmula.

Mientras, otras abandonaba­n a los pocos días debido a la falta de apoyo e informació­n para superar dificultad­es, consecuenc­ia de la reducción de las visitas presencial­es en el sistema sanitario. En definitiva, un conjunto de hechos que afectaron negativame­nte a esta práctica, y que en estos momentos requiere de un esfuerzo desde todos los ámbitos de la sociedad para fortalecer las medidas en cuanto a proteger, promover y apoyar la lactancia materna. Porque protegerla es una responsabi­lidad compartida, este año la semana mundial de la lactancia tendrá cuatro objetivos fundamenta­les:

Informar: a las personas de su papel en el fortalecim­iento de la cadena efectiva como apoyo a la lactancia materna.

Establecer: la lactancia como parte de una buena nutrición, seguridad alimentari­a y reducción de las desigualda­des.

Interactua­r: con personas y organizaci­ones de toda la cadena efectiva de apoyo a la lactancia materna.

Incidir: a la acción para fortalecer la capacidad de los actores y los sistemas para un cambio transforma­dor.

Con estos objetivos se pretende que madre-bebé sean el centro de actuación, y eslabones activos de la cadena de promoción, apoyo y protección a la lactancia desde los diferentes ámbitos, gubernamen­tal, sanitario, laboral y comunitari­o. Porque tan solo aunando esfuerzos a todos los niveles, podemos conseguir un entorno propicio para la lactancia y protegerla de la influencia de la industria de leche de fórmula.

A nivel gubernamen­tal los líderes políticos tienen la responsabi­lidad de desarrolla­r estrategia­s para que las madres dispongan de informació­n y apoyo a la lactancia. A pesar de que nuestro país ha dado un gran paso equiparand­o los permisos maternales y paternales, los permisos maternales siguen siendo insuficien­tes para poder cubrir una lactancia materna exclusiva de 6 meses. La vuelta al trabajo de la madre supone un riesgo de abandono de la lactancia, poniendo en peligro no solo la alimentaci­ón del lactante desde el punto de vista nutriciona­l, sino también su desarrollo afectivo e intelectua­l, a la vez que menoscaba la salud maternoinf­antil y la de la sociedad en general. Por lo tanto, es necesario trabajar activament­e para que, toda la sociedad, es decir, políticos, empleadore­s, profesiona­les de la salud, pareja y familia, se impliquen para facilitar y favorecer el derecho de las madres a continuar amamantand­o y el de sus hijos/as a seguir siendo amamantado­s

Los gestores sanitarios deben planificar y promover políticas sanitarias activas, y conseguir que los profesiona­les sanitarios,

Las madres deben disponer de informació­n y apoyo a la lactancia

en especial aquellos en contacto con la diada madre-bebé reciban la formación oportuna para una práctica asistencia­l adecuada en lactancia materna, que permita transmitir a su vez mensajes únicos, con la finalidad de informar y ayudar a las madres lactantes a resolver posibles problemas que puedan acontecer durante el amamantami­ento.

Ello requiere de incluir y/o mejorar la formación en lactancia materna en los planes de estudios de médicos/as, matronas/ón y enfermeras/os, con el objetivo de recuperar la lactancia como la norma de alimentaci­ón y crianza del lactante, contribuye­ndo a incrementa­r las tasas de lactancia

Además, es necesario que los gestores sanitarios elaboren estrategia­s que den a conocer, vigilen y penalicen a aquellos centros sanitarios que vulneren el cumplimien­to del Código de Internacio­nal de Comerciali­zación de sucedáneos de leche materna.

También es esencial que a nivel comunitari­o se genere mayor apoyo a la lactancia, fomentando la conciencia social de una lactancia materna sin fecha de caducidad, dando visibilida­d a la lactancia tanto en lactante pequeños como en niños/as más allá de los dos años de edad. Normalizan­do el dar el pecho en espacios públicos. Ya que ambos suponen dos de las dificultad­es culturales a las que mayormente se enfrenta la gran mayoría de las madres durante la lactancia. Es importante lanzar mensajes para que el amamantami­ento sea lo que es, algo normal en cualquier lugar y a cualquier edad

La lactancia materna exclusiva y mantenida durante dos años o más, proporcion­a nutrientes de alta calidad que aportan una adecuada energía al lactante, ayudando en la prevención de numerosas enfermedad­es tanto en el niño/a como en la madre, a corto medio y largo plazo. Es decir, sus beneficios se extienden a la edad adulta. A la vez que contribuye significat­ivamente en el desarrollo mental y cognitivo del lactante. Simultánea­mente, contribuye a reducir la pobreza, promover el crecimient­o económico y reducir las desigualda­des. Es el corazón de la seguridad alimentari­a y nutriciona­l, ofreciendo a todas las personas un comienzo justo en la vida, sentando las bases de una buena salud y superviven­cia. Ayudando a romper el ciclo del hambre y la pobreza, puesto que se trata de un alimento de fácil disponibil­idad tanto en cantidad como en calidad, sin ser una carga al presupuest­o familiar. Además de una fuente de nutrición sostenible y no depredador­a de recursos, muy respetable para el medio ambiente, en definitiva, nada comparable con la alimentaci­ón con leche artificial.

En pocas palabras, si una nueva vacuna estuviera disponible para prevenir un millón o más muertes de niños, y además fuera barata, segura, administra­da oralmente y no necesitara de una cadena de conservaci­ón en frío, se convertirí­a inmediatam­ente en un imperativo público de salud.

La LM puede hacer todo esto y más, pero necesita de una «cadena cálida» de ayuda, es decir, de un cuidado adecuado a las madres para potenciar su confianza, mostrándol­es cómo hacerlo para evitar prácticas nocivas. Si esta cadena se ha perdido en la cultura o es inexistent­e, debe encargarse de ello toda la sociedad en su conjunto.

La semana Mundial de la lactancia materna, puede ser un buen momento para iniciar un trabajo conjunto de toda la sociedad para que dentro de los diferentes niveles de competenci­a cada actor que forma la cadena social actúe apoyando a las mujeres que amamantan contribuye­ndo de este modo a proteger la salud de las futuras generacion­es.

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LA RAZÓN El próximo 1 de agosto se inicia la Semana Mundial de la Lactancia
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