Pelosi desafía a China con su visita no oficial a Taiwán
► A pesar de las advertencias de Xi Jinping y las sugerencias de la Administración Biden, la demócrata viajará a la isla
Pekín anuncia ejercicios militares desde hoy hasta el 6 de agosto como medida de presión
La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, finalmente visitará Taiwán como parte de su gira por Asia, según han informado un alto funcionario del Gobierno taiwanés y un funcionario de EE UU a la cadena CNN. De momento, no se ha confirmado cuándo se realizará la visita, pero se especula que Pelosi aterrice hoy en Taipéi tras visitar Malasia.
No obstante, por el momento, Pelosi no ha confirmado estas informaciones, aunque el diario estatal chino «Global Times» ha indicado que su visita podría ser justificada como «una parada técnica» para recargar combustible o reforzar la seguridad de la aeronave. Sin embargo, fuentes taiwanesas señalan que podría pasar una noche en la isla y visitar el Parlamento de Taiwán aunque se desconoce la fecha exacta para ello.
Las fuentes han asegurado que funcionarios del Departamento de Defensa de EE UU están trabajando para vigilar cualquier movimiento de China en la región y mantener a la presidenta de la Cámara de Representantes a salvo. Pelosi arrancó el domingo su gira por Asia-Pacífico, con paradas en Singapur, Malasia, Corea del Sur y Japón, donde mantendrá «reuniones de alto nivel» para debatir cuestiones como la paz y seguridad, el comercio, y los derechos humanos.
Durante su primera parada en Singapur, ayer, Pelosi se reunió con el primer ministro, Lee Hsien Loong. Debatieron formas de estrechar sus relaciones económicas a través del Marco Económico del Indopacífico (IPEF) y, según un comunicado del Ministerio de Exteriores del país, intercambiaron «posturas sobre algunos asuntos clave» regionales e internacionales, entre ellos, «las relaciones a través del estrecho (de Formosa)». Es decir, entre la República Popular China y Taiwán.
Los enfrentamientos entre Washington y Pekín sobre Taipéi han alcanzado máximos nunca vistos en décadas. Es el tema central más sensible e importante en las relaciones entre China y EE UU.
Desde que Pelosi anunciara a principios del mes pasado su intención de visitar la isla, Pekín no ha cesado de amenazar con un ataque militar, «graves repercusiones en las relaciones bilaterales» y consecuencias nefastas que deberían ser «asumidas por la parte estadounidense».
En la conversación telefónica de más de dos horas que mantuvieron mantuvieron Joe Biden y Xi Jinping la semana pasada, el líder chino advirtió a su homólogo estadounidense de que no debería jugar con fuego cuando se trata de Taiwán.
Como demostración de sus intenciones, China realizó el sábado ejercicios con fuego real no anunciados previamente en el punto más estrecho entre China y la isla principal de Taiwán. Ayer, la Administración de Seguridad Marítima de China anunció otra serie de ejercicios militares en el mar de China Meridional, que se llevarán a cabo entre hoy 2 de agosto y el sábado 6.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores,
Zhao Lijian, volvió a advertir ayer, cuando Pelosi ya se encontraba en la región de Asia-Pacífico, que una visita a Taiwán «provocaría un impacto político atroz». China considera que Taiwán es una provincia rebelde destinada a la reunificación y se opone firmemente a todos los actos que parezcan apoyar al territorio como estado soberano independiente.
Estados Unidos no tiene lazos oficiales con Taiwán, pero es su mayor aliado y principal proveedor de armas. Las visitas de funcionarios del Gobierno estadounidense y los proyectos de ayuda militar son muestras de apoyo frecuentes desde que Biden llegó a la Casa Blanca en 2021. Pekín considera las acciones de Washington una provocación que desafía el principio de soberanía y unidad territorial conocido como «una sola China».
Biden y Xi acordaron en su reunión virtual en noviembre de 2021 mejorar la cooperación entre ambas potencias, pero no parece que vayan por muy buen camino. Algunos analistas señalan que las relaciones se encuentran en el punto más bajo desde hace años.
Las recientes tensiones han llevado a ambos países a una encrucijada peliaguda: la posibilidad de que los últimos acontecimientos lleven a un conflicto mayor en Taiwán. Aunque acontecimientos recientes como la guerra en Ucrania han provocado un incremento de los preparativos militares y civiles de la isla, no hay grandes indicios de preocupación en torno a la visita de Pelosi.
La población de Taiwán ha vivido bajo la impuesta promesa de una «reunificación» con China durante décadas, y algunos de sus habitantes dicen haberse acostumbrado a la presencia de los militares chinos en fechas señaladas y a las constantes amenazas verbales.
Según algunos expertos estadounidenses, la preocupación de Washington vendría porque las amenazas de Pekín van con un uso de la fuerza mayor.
A pesar de las advertencias de los miembros de la Administración Biden, Pelosi no podía dejar que Pekín se saliera con la suya. La presidenta de la Cámara Baja será la funcionaria estadounidense de mayor rango en hacer una aparición en la región desde 1997, cuando el entonces presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, visitó Taiwán.
No está claro cuál puede ser la respuesta de China ahora. Dar marcha atrás podría ser humillante, pero cumplir con sus amenazas de atentar contra el avión de Pelosi sería aún peor.