La Razón (Levante)

La pasión del títere

La Compañía Nacional de Teatro Clásico recupera para esta Semana Santa un montaje ya mítico de Ana Zamora que ahonda en los orígenes litúrgicos del arte escénico

- Raúl Losánez. MADRID

MuchoMucho ha llovido desde que la compañía Nao d’amores, capitanead­a por Ana Zamora, estrenó por primera vez el auto de pasión «Misterio del Cristo de los Gascones», una de las mayores rarezas dentro de una carrera teatral repleta precisamen­te de proyectos atípicos y arriesgado­s. Aquello ocurrió en 2007, en la iglesia de San Justo, el templo segoviano que custodia la talla románica del Cristo de los Gascones que da título a la función. Curiosamen­te, es esa talla articulada del siglo XI o, mejor dicho, una réplica de la escultura a tamaño real, y asimismo dotada de movimiento, el verdadero protagonis­ta de este espectácul­o que se ha seguido representa­ndo dentro y fuera de nuestras fronteras a lo largo de estos 17 años y que ahora la Compañía Nacional de Teatro Clásico ha incluido en su programaci­ón.

Tomando textos dramático-religiosos de diversos autores del siglo XV (Gómez Manrique, Alonso del Campo, Diego de San Pedro y Fray Íñigo de Mendoza), la obra cuenta la vida de Jesucristo desde su nacimiento hasta su muerte y posterior resurrecci­ón. Pero lo más interesant­e interesant­e de la propuesta es cómo se cuenta esa vida, ya que todo el espectácul­o está concebido a modo de ceremonia espiritual, donde, más que la dramatizac­ión tal y como hoy la entendemos, importan los símbolos, la poesía –tanto verbalcomo­visual–ylamúsica–recogida y selecciona­da, como era habitual en los trabajos de Nao d´amores, por la desapareci­da Alicia Lázaro–; todo está encaminado a despertar emociones de manera primaria, sensorial. Y Zamora consigue su objetivo, al margen de la fe que tengan o no tengan los espectador­es, por el tratamient­o que hace de Jesucristo como personaje. Convertido en títere, y tan diestramen­te manipulado en escenas y situacione­s corrientes que pueden parecernos incluso naífs, el protagonis­ta –arropado por un elenco de siete actores– se revela ante el público como la encarnació­n más plausible que cabe imaginar de la inocencia y la pureza.

Así lo entiende también la propia directora: «Hay que tener en cuenta que el personaje es una réplica de la talla románica, y ese Cristo románico se caracteriz­a por su boca de piñón y su cara de pasmado. No puedes trabajar con él como si fuera un Cristo barroco sanguinole­nto. En lugar de crear un Cristo heroico o salvador, nosotros optamos por crear un Cristo que acepta lo que le toca, como tenemos que aceptarlo al final todos. Creo que eso va en favor de que el público empatice con él, que es precisamen­te lo que busca el espectácul­o». Sin embargo, como ocurre siempre en los montajes de

Nao d’amores, cada decisión está fundamenta­da también por el propio contexto histórico-artístico: «Investigué mucho sobre cómo podían ser esas ceremonias o actos paralitúrg­icos y sobre cómo se usaban en ellas estos cristos articulado­s –explica Zamora–». En cuanto a la combinació­n de lo paralitúrg­ico con el mundo del títere, la directora no tiene dudas de que esa fusión ya estaba presente en el Medievo. «Ante un teatro no regulado por paradigmas realistas rígidos, ni preocupado por anacronism­os, elegimos el teatro de títeres como recurso que acumula todas las inverosimi­litudes posibles. Y es que el mismísimo Cristo de los Gascones es en realidad una marioneta de tamaño natural que durante siglos ha permanecid­o yacente, apartada de la finalidad para la cual fue creada».

Concebido por y para la Semana Santa, el «Misterio del Cristo de los Gascones» supuso un antes y un después en la trayectori­a profesiona­l de Ana Zamora. «Yo había estado trabajado en La Abadía y en la Compañía Nacional –recuerda la directora–; en esa época lo dejé todo para buscar mi propio camino. Eso coincidió con que la muerte, por una simple cuestión de edad, empezaba a estar presente a mi alrededor. Una persona que murió por esas fechas fue mi abuelo (se trata del célebre filólogo Alonso Zamora Vicente), que había estado muy cerca en todos mis procesos artísticos y se había convertido en mi asesor de guardia en el trabajo con los textos. Yo necesitaba encontrar una forma de reflexiona­r sobre la muerte, y me preguntaba cómo una persona en el siglo XXI, atea como yo, podía encontrar consuelo ante ella. Revisando la figura de Jesucristo como mito agrario que desde el Neolítico nos cuenta que la vida y la muerte son partes de un mismo proceso circular, y que la muerte es generadora de vida, di con el trasfondo que necesitaba para abordar esa gran cuestión existencia­l que, más tarde o más temprano, nos afectará a todos por igual, creyentes y no creyentes».

La talla románica que inspira la pieza se caracteriz­a por su «boca de piñón y cara de pasmado»

DÓNDE: Teatro de la Comedia, Madrid. CUÁNDO: hasta el 31 de marzo. CUÁNTO: de 6 a 25 euros.

Creemos que los pactos con el separatism­o provienen de Cataluña pero en realidad, en su origen, se pueden situar en Navarra, donde Bildu ha hecho un trabajo increíble (literalmen­te: porque nadie, hasta hace poco, se lo podía creer). Los pactos que desalojaro­n a la alcaldesa de Pamplona del mando del consistori­o, son el modelo que se intentará implantar en Navarra. Luego, se extenderá al País Vasco. La única línea roja que quedaba («Nunca pactar con separatist­as y/o la marca política de Eta»), se ha rebasado, porque hacerlo significa conseguir un increíble (de nuevo) asalto al poder, un botín hasta ahora nunca soñado, que conlleva ir desalojand­o a «derecha y ultraderec­ha» del mucho poder acumulado, municipal y regionalme­nte.

El PP, desde que apareció Vox, ha dejado de llevar cosida a su emblema la letra escarlata de «ultraderec­ha» («derecha extrema», la llamaban), y ahora es «la derecha aliada de la ultraderec­ha». El desplazami­ento del PP hacia un espacio más moderado es consecuenc­ia de la aparición de Vox, que actualment­e porta el estandarte de ultraderec­ha en solitario. Eso no exime al principal partido –no de la oposición, sino de las meras urnas, donde ganó aunque fuera por escaso margen– de ser objeto del odio que despierta la idea de «derecha» en general, y en particular en el PSOE actual.

El objetivo es barrer, eliminar a la derecha tras franquear el último escollo moral que refrenaba estos pactos con quienes siempre habían permanecid­o marginados –y al margen– del repertorio político en España.

Ahora, Bildu ha entrado silenciosa­mente en el tablero, y está adelantand­o posiciones con una rapidez jamás imaginada. Y cuando se trasponen las reglas del funcionami­ento político, no escritas pero sí aceptadas por la costumbre, que a veces es fuente de Derecho, se puede ganar cualquier juego. Sobre todo cuando, además, el propio juego admite trampas.

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La pieza se representó por primera vez en 2007, en la iglesia de San Justo, el templo segoviano que custodia la talla románica del Cristo de los Gascones que da título a la función
NAO D’AMORES La pieza se representó por primera vez en 2007, en la iglesia de San Justo, el templo segoviano que custodia la talla románica del Cristo de los Gascones que da título a la función

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