Y sin embargo, personas

Guau.Guau. Es lo único que pude decir cuando acabó el fragmento de seis minutos que había recogido la cuenta de Compromís en las redes sociales de la entrevista que Ximo Rovira, en el programa de À Punt «Som de casa», le hizo a la ex vicepresidenta de la Generalitat, Aitana Mas.

Síndica adjunta de Compromís en Les Corts, contó con una hermosa sonrisa cómo está viviendo el tratamiento que sigue tras habérsele detectado cáncer de mama. Explicó cómo llevaba años haciéndose controles y cómo mientras era vicepresidenta se sometió a dos biopsias que confirmaron que todo seguía bien. «Fue un año caótico», dijo.

Guau. Mas llegó a la vicepresidencia después de la dimisión de Mónica Oltra. En un momento de total convulsión tanto en su propio partido como en el Gobierno de coalición del que formaba parte, con un niño pequeño y sometiéndose a biopsias.

Resulta que los políticos son, sin embargo, personas.

En este afán de machacar al personal, así en general, no estaría de más que pensásemos en esto de vez en cuando. Y no se trata de dejar a un lado ni la crítica política ni la oposición, sino de que cada uno haga bien su trabajo sin olvidarse de que detrás de un nombre y un cargo hay más cosas.

Mas, la persona, explicó que lleva su tratamiento en el hospital del Vinalopó, el único que queda de gestión concertada. Dijo que el equipo humano le da la máxima seguridad posible y se siente apoyada, querida. Mas, la política, matizó que había comprobado que los intereses que tiene la empresa privada en este tipo de concesiones, denunciadas constantemente por su partido, no se estaban produciendo en su caso.

Aitana Mas se va a curar, lo dijo el primer día que comunicó que sufría cáncer. Sus ganas de vivir harán una parte. La otra, se la debe a la investigación. Esta semana nos hemos acordado todos de ella con motivo de la cuestación contra el cáncer. Deberíamos no olvidarlo nunca.