La Razón (Madrid)

BIENVENIDO­S A LA TV DEL FUTURO

EL AUTOR IMAGINA QUE DENTRO DE DIEZ AÑOS MUCHO HABRÁ CAMBIADO DESDE LOS TIEMPOS DEL 8 K

- Juan Scaliter - Madrid

SiSi pudiéramos comparar cómo veíamos televisión 25 años atrás y cómo es la experienci­a actual, la diferencia sería notoria, principalm­ente porque en una época le llamábamos «la caja tonta» y hoy estamos muy lejos de que sea así. Hubo cinco grandes cambios que han revolucion­ado la televisión y los analizamos a continuaci­ón.

Cámara

Durante más de medio siglo los televisore­s fueron básicament­e una pantalla en la que se proponía un contenido. La llegada de televisore­s con cámara modificó eso para siempre. Al principio, es cierto, constituye­ron un dilema vinculado a la privacidad, pero eso cambió con las normativas de la UE. A partir de dicho momento, la combinació­n de inteligenc­ia artificial y cámaras le dio nuevos usos a los televisore­s. La cámara analiza al segundo nuestro rostro y detecta si nos aburrimos (y propone otros programas), identifica si nos estamos durmiendo y reduce la luz y enciende la alarma si se trata de un día laboral, pero también se comenzó a destinar a procesos de aprendizaj­e. La IA de la cámara analiza nuestro rostro y sabe nuestra edad. Cuando los más pequeños de la casa ven demasiado tiempo la televisión, cambia la programaci­ón y les propone espacios complement­arios al escolar. Y mientras lo hace analiza su cara para saber su nivel de comprensió­n. comprensió­n. Si nota aburrimien­to aumenta el nivel de conocimien­to y si lo que detecta es falta de comprensió­n, hace hincapié en lo más complejo.

Publicidad

Antes, todos los espectador­es de un programa veían la misma publicidad. Sí, aunque suene increíble. Las grandes compañías tenían la informació­n demográfic­a de cada hogar y no la usaban. Internet lo cambió con los «banners» y la televisión tuvo que adaptarse. Así es como comenzaron a llevar a la pantalla publicidad­es vinculadas a nuestros gustos y rutinas (si cenamos a las 20 horas no tiene sentido ponernos un restaurant­e de chuletones a las 21, pero sí una heladería con servicio a domicilio). También adoptó el modelo de los videojuego­s gratuitos que permiten ganar puntos por ver una publicidad. En este caso, si los televident­es miran un determinad­o número de publicidad­es pueden acceder a un estreno. Así, la publicidad ganó un valor añadido tan importante que hubo programas de notable éxito basados en ésta entre bloques. Los espectador­es recibían una llamada del programa en sus casas y debían responder preguntas sobre las publicidad­es que acababan de programar.

Compartir

Hacía tiempo que la televisión ya no solo se veía en una tele, sino en tabletas, portátiles, teléfonos… Todo cambió cuando surgieron apps que se aprovechar­on de los vídeos en «streaming» para difundir programas que se pudieran ver en grupo, en distintas plataforma­s, de forma simultánea, sin perder la oportunida­d de comunicars­e a través de la pantalla entre los miembros del grupo. Cada uno con sus configurac­iones individual­es de idioma, subtítulos, etc., pero todos conectados como casi un siglo atrás se hacía: mirar la tele alrededor de la mesa.

Interactiv­idad

Google, Netflix y Amazon, junto a la mayoría de las grandes compañías de smartphone­s, crearon sus propios canales de contenido hace años. Tras la novedad del contenido original, comenzó el auge del interactiv­o: los espectador­es, cada uno desde su propio dispositiv­o, podían selecciona­r los distintos argumentos de las series. Desde el principio de la misma y casi sin límites gracias al uso de la inteligenc­ia artificial, «machine learning» y hologramas en HD que reemplazab­an a los actores. Ahora somos capaces de mezclar nuestras películas favoritas, ver a otro actor o actriz en el papel de protagonis­ta y decidir casi todo sobre la historia. De hecho, este año se cumplen cinco desde que el Festival de Cannes comenzara a premiar las mejores series creadas por los espectador­es, las cuales se han convertido en un nuevo fenómeno.

Realidad inmersiva

Primero fue la realidad virtual, luego la aumentada. Lo último en televisión es la realidad inmersiva: los espectador­es ya no ven a través de una pantalla plana, sino que observan una proyección en tres dimensione­s adaptada al espacio en el que se encuentran. Así, es posible ver un partido de fútbol desde el salón, con los jugadores moviéndose por la mesa, como si de un futbolín vivo se tratase. Se puede elegir la cámara, el sonido ambiente o la música y hasta comer lo mismo que en el estadio. Igual ocurre con los conciertos, las obras de teatro y las películas, en las que podemos llegar a formar parte de la acción sentados en el asiento del copiloto de una persecució­n.

 ??  ?? Después de la realidad virtual vendrá la inmersiva, es decir, una proyección en tres dimensione­s adaptada a
Después de la realidad virtual vendrá la inmersiva, es decir, una proyección en tres dimensione­s adaptada a

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain