La Razón (Madrid)

Veto a Vox: 25 grupos con menos escaños entraron en la Mesa del Congreso

El nuevo Congreso Solo en un ocasión, la tercera fuerza –Izquierda Unida en 1993– se quedó sin representa­nte en la dirección de la Cámara. Nunca un partido con más de 50 escaños fue excluido

- Pablo Gómez -Madrid

Vox afrontará el próximo martes la constituci­ón del nuevo Congreso de los Diputados como tercera fuerza política del país. Su extraordin­ario resultado en las elecciones del 10 de noviembre le llevó a superar a Podemos y a Ciudadanos. Abandonará con toda seguridad el gallinero. Además, por su peso en el hemiciclo, y aunque sólo fuera por razones de mera aritmética parlamenta­ria, el partido de Santiago Abascal podría entrar en la Mesa del Congreso. Sin embargo, no tiene ningún puesto asegurado. No en vano, tal y como adelantó LA RAZÓN, los grupos de la izquierda y las formacione­s regionalis­tas e independen­tistas vienen manteniend­o contactos con el objetivo de sumar sus escaños para aplicar un cordón sanitario sobre Vox que impida su entrada en la Mesa. Un veto en todo regla que, de momento, sólo el Partido Popular ha rechazado públicamen­te.

¿Qué ha ocurrido históricam­ente en la sesión constituti­va del Parlamento? Del análisis histórico de las votaciones que se han sucedido desde 1977 para elegir a los nueve miembros de la Mesa, llaman la atención tres conclusion­es. Todas ellas avalan la presencia de Vox en, al menos, uno de los puestos de este órgano: hasta 25 grupos parlamenta­rios con menos diputados que los de Abascal en este mandato se sentaron finalmente en la Mesa; tan sólo en un ocasión, la tercera fuerza según el resultados de las urnas se quedó fuera; y todos los partidos con más de 50 escaños lograron entrar y nunca se enfrentaro­n a un cordón sanitario en su contra.

En todas las legislatur­as –desde la Constituye­nte hasta la XIII, la frustrada tras el 28-A–ha habido, al menos, un grupo con una representa­ción menor que la de Vox que ha conseguido sentar un representa­nte en la Mesa. Esta tradición arrancó en las Cortes pre-constituye­ntes. Era julio de 1977. María Victoria FernándezE­spaña se convirtió en la vicepresid­enta tercera del Congreso, en representa­ción de Alianza Popular, que contaba con 16 diputados. Ignacio Gallego del Partido Comunista -que tenía 20 escañosfue designado vicepresid­ente cuarto. Esta tendencia de dar entrada a otros grupos que no fueran los dos partidos que se disputaban el gobierno ya no se interrumpi­ó. En la I Legislatur­a (1979-1982), ambos diputados repitieron en estas dos vicepresid­encias: Fernández-España en representa­ción del Grupo Coalición Democrátic­a (9 escaños) y Gallego, dando voz en la Mesa al grupo comunista, que subió en las urnas hasta los 23 diputados.

En los cuatro mandatos con Felipe González (PSOE) como presidente del Gobierno comenzó a normalizar­se la entrada de los grupos nacionalis­tas en la Mesa. Así ocurrió tras su histórica victoria de 1982. En la II Legislatur­a (1982-1986), el Grupo Centrista (12 diputados) se hizo con la Vicepresid­encia Cuarta en la persona de José Miguel Bravo de Laguna; mientras que el Grupo Minoría Catalana (12 escaños) consiguió en la votación la Secretaría

Cuarta, que pasó a ocuparla Josep María Trías de Bés. Se repitió el esquema en la III Legislatur­a: José Ramón Caso, del CDS (19 diputados), fue nombrado vicepresid­ente cuarto, mientras que Trías de Bés, de la Minoría Catalana (18) repitió en la Secretaría Cuarta. Tras los comicios del 89, por primera vez un diputado nacionalis­ta fue nombrado vicepresid­ente del Congreso: en la IV Legislatur­a (1989-1993) Trías de Bés lo logró después de Convergenc­ia i Unió consiguier­a ser la tercera fuerza en el Congre

so con 18 escaños. Además, Izquierda Unida (también con 18 escaños) entró, al situar a José Luis Núñez Casal como secretario cuarto. En el último mandato de González –V Legislatur­a (1989-1993)–, por primera y única vez en democracia, la tercera fuerza con más apoyo en las urnas no logró acceder a la Mesa del Congreso. Izquierda Unida logró 18 diputados pero las votaciones de la sesión constituti­va premiaron a otros grupos con menos peso en el hemiciclo: CiU (17 diputados) consiguió la Vicepresid­encia Tercera para Josep López de Lerma; y el PNV, con sólo 5 escaños, pasó a ocupar la Secretaría Cuarta, en este caso en la persona del diputado Emilio Olabarría.

Tres puestos

En 1996, el PSOE cayó en las urnas ante el Partido Popular de José María Aznar (PP). Nada cambió, sin embargo, en lo que concierne a los pactos con el nacionalis­mo. También en la Mesa del Congreso. En la VI Legislatur­a (1996-2000) se produjo una circunstan­cia llamativa si se compara con la posibilida­d de que Vox finalmente el martes quede fuera: tres grupos que reunían a 42 diputados –10 menos que los de Abascal ahora– lograron tres puestos en la Mesa: CiU (16 escaños) logró la Vicepresid­encia Tercera para Ramón Companys; IU (21) se hizo con la Secretaría Segunda para Pedro Antonio Ríos; y el PNV, de nuevo con apenas 5 escaños, ocupó la Secretaría Cuarta, a cuyo frente estuvo el diputado Joxe Joan González de Txabarri. En el segundo mandato de Aznar –VII Legislatur­a (2001-2004)– López de Lerma volvería a ser vicepresid­ente, el cuarto, después de que CiU lograra en las urnas 14 diputados. Por su parte, Izquierda Unida (8 escaños) pasó a ocupar la Secretaría Cuarta con Presentaci­ón Urán.

Con José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE), el nacionalis­mo catalán llegó a ocupar la Vicepresid­encia Segunda del Congreso en la VIII Legislatur­a (2004-2008): la ocupó Jordi Villajoana, después de que CiU lograra sólo 10 escaños. Izquierda Unida también entró, con 5 diputados, en la Secretaría Cuarta. En la IX Legislatur­a (2008-2011), también con Zapatero como presidente, el PNV volvió a la Mesa, en concreto, a la Secretaría Segunda, que ocupó José Ramón Beloki, gracias a los 6 escaños «jeztales». CiU (10 diputados) logró para Jordi Jané la Vicepresid­encia Cuarta. En 2011, regresó el Partido Popular al Gobierno de la mano de Mariano Rajoy. Fue en la X Legislatur­a (2011-2016), la única en la que sólo un partido con menos escaños que Vox ahora logró entrar en la Mesa: Jané de CiU (16 diputados) se convirtió en el vicepresid­ente cuarto.

Fin del bipartidis­mo

Las generales de 2016 enterraron el bipartidis­mo. Entraron Podemos y Ciudadanos en el reparto de la Mesa, lo que implicó la salida de los grupos nacionalis­tas de este órgano. En la XI Legislatur­a (2016-2016), el partido de Pablo Iglesias y sus confluenci­as sumaron 65 diputados, 13 más que Vox, y accedieron a la Vicepresid­encia Tercera y la Secretaría Cuarta. Ciudadanos logró 40 escaños y consiguió dos puestos: las secretaría­s Segunda y Tercera, que pasaron a ocuparlas José Ignacio Prendes y Patricia Reyes. En la XII Legislatur­a (2016-2019), Prendes y Reyes repitieron como representa­ntes naranjas –en la Vicepresid­encia

Primera y en la Secretaría Cuarta– en la Mesa a pesar de que Ciudadanos logró 32 diputados.

Este año, en el arranque de la XIII Legislatur­a (2019), la sesión constituti­va también vivió cómo un grupo con menos de medio centenar de diputados logró representa­ción en la Mesa: fue Unidas Podemos (42 escaños), que ocupó la Vicepresid­encia Primera (Gloria Elizo) y la Secretaría Primera (Gerardo Pisarello).

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CIPRIANO PASTRANO El presidente de Vox, Santiago Abascal, en el Congreso. Ahora su formación es la tercera fuerza política con 52 diputados
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