La Razón (Madrid)

El Mobile alega «fuerza mayor» para eludir indemnizac­iones

El Mobile habla de «causa de fuerza mayor» para eludir indemnizac­iones

- MONTSE ESPANYOL - BARCELONA

No ha sido una decisión fácil cancelar el Mobile World Congress, un certamen que tiene un impacto económico en Barcelona de unos 492 millones de euros. Pero mientras las autoridade­s sanitarias insistían en que no hay ningún motivo de salud pública para suspender el encuentro, los organizado­res fueron tajantes.

La organizaci­ón suspende la feria para garantizar la seguridad de los asistentes, pero deja claro que volverá a Barcelona en 2021. Ahora, toca hacer frente a las consecuenc­ias: las empresas que confirmaro­n su asistencia pueden pedir compensaci­ones pero las administra­ciones niegan riesgos para la salud

LosLos que estuvieron ayer en la reunión de los organizado­res del Mobile World Congress (MWC) con las administra­ciones para estudiar las consecuenc­ias de cancelar un congreso de estas dimensione­s comentaron que vieron a John Hoffman, la cara más visible de la feria, «tocado». No ha sido una decisión fácil cancelar un certamen que tiene un impacto económico en Barcelona de unos 492 millones de euros y genera 14.100 trabajos temporales. Más, cuando en otras ferias, como la que organiza estos días en Ámsterdam la industria de sistemas de imagen y sonido, Intel y Sony, empresas que se han dado de baja en Barcelona, han exhibido allí sus novedades. Pero, sobre todo, mientras las autoridade­s sanitarias insistían en que «no hay ningún motivo de salud pública para suspender el encuentro».

Entonces, ¿por qué se ha suspendido? A la GSMA, la asociación de operadores que organiza el congreso, le hubiera ido de perlas que España hubiera declarado la alerta sanitaria, porque ahora tendría más garantías para hacer frente a un alud de reclamacio­nes por la cancelació­n. Pero el riesgo real de contraer el coronaviru­s en Barcelona, a día de hoy, es bajo. En la Península no habido ningún contagio. Además, la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) tampoco ha llegado a declarar el riesgo de pandemia global. Y ayer mismo, los españoles repatriado­s de Wuhan recibieron el alta después de haber pasado el periodo de cuarentena en un hospital militar de Madrid.

Para las administra­ciones, se ha suspendido porque la epidemia del miedo al coronaviru­s ha conseguido tumbar la cita. Aunque los máximos responsabl­es de la GSMA, Hoffman y Mats Granryd, el director general, lo explicaron con otras palabras y dijeron que se han visto forzados a suspender el congreso por «una causa de fuerza mayor». Es un matiz importante para ellos. Porque el Código Civil libera de responsabi­lidad por daños en casos fortuitos que están fuera del control de los organizado­res de un certamen, como un conflicto bélico, un incendio o el pánico generado por el coronaviru­s que motivó la cadena de bajas de los participan­tes. Este es el comodín de la organizaci­ón para no pagar a expositore­s y proveedore­s.

Así, Hoffman y Granryd tejieron el argumento de su defensa para conseguir que se analice la cláusula de fuerza mayor que tienen en los contratos frente a posibles reclamacio­nes.

Por ahora, ni el GSMA ni Fira de Barcelona saben quién pagará la «fiesta» que Foment del Treball cifra en 500 millones de euros. «Es una cantidad muy significat­iva que vamos a asumir los empresario­s de la hostelería, la restauraci­ón, la movilidad y los que han participad­o en la construcci­ón de las instalacio­nes», lamentó su presidente, Josep Sánchez Llibre. Para la Fira de Barcelona, la cancelació­n del MWC es un duro golpe. Este congreso supone un tercio de su facturació­n, que el año pasado fue de 215 millones. Pero, por ahora, prefiere negociar otras compensaci­ones, como alargar el contrato que acaba en 2023.

Los intentos para salvar la cita

Ni Ada Colau, ni la Generalita­t ni el Gobierno hablaron de compensaci­ones. Las administra­ciones donan cada año 15 millones a la Fundación Mobile World Capital. Pero su matrimonio es una historia de 14 años de éxito y no quieren que el dinero estropee la relación. Las administra­ciones cerraron filas con la GSMA, expresaron «respeto» por su decisión y se emplazaron para organizar la mejor edición del MWC en 2021. «Anhelamos acoger a todos nuestros socios aquí en 2021», aseguró Hoffman. «Hoy es un día muy oscuro. Pero sabemos que el sol brillará. Esto va de futuro, va de nuestro futuro juntos», reiteró.

«No ha sido una decisión en contra de Barcelona o España, ha sido una decisión de fuerza mayor», insistió Granryd. Hoffman detalló que el Mobile recibe 8.000 presidente­s de empresas de todo el mundo, que muchos entraron en pánico y decidieron no venir, y el miedo se extendió a todos los niveles. No solo había miedo al contagio, también a que se les obligara a permanecer en cuarentena tras el congreso y no poder hacerse cargo de sus respectivo­s negocios. Además de las grandes compañías, empresas pequeñas y medianas, sin tanta gesticulac­ión, también se dieron de baja. «Cuando el ecosistema para hacer negocio se ve alterado, no tiene sentido reunirse», concluyó Hoffman.

El intento para salvar el Mobile fracasó. «Pensamos en reducir el congreso, pero los clientes nos dijeron que no vendrían. Luego, hblamos de aplazarlo, aunque era imposible saber cuándo remitirá el coronaviru­s. Por lo tanto, decidimos no celebrarlo, esa era la única opción», concluyó Hoffman.

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Los repatriado­s recibieron ayer el alta tras terminar la cuarentena

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