La Razón (Madrid)

Génova ve una «trampa» la cita de Sánchez en Moncloa

Sin acuerdos La expectativ­a es que la reunión confirme el choque total. El PP mantiene su bloqueo al CGPJ si no se rectifica la designació­n de Delgado en la Fiscalía

- Carmen Morodo -

Madrid

El líder del PP, Pablo Casado, acudirá este lunes al Palacio de la Moncloa a entrevista­rse con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por obligación institucio­nal, pero en Génova sospechan que es una reunión «trampa» con la que Sánchez busca dar coartada a la mesa bilateral de negociació­n con los partidos independen­tistas. Moncloa se ha dirigido al primer partido de la oposición dos meses después de las elecciones generales. El último contacto entre el presidente del Gobierno y Casado se produjo en diciembre, en la ronda de conversaci­ones para preparar la investidur­a. Y antes se habían visto en octubre para analizar la situación en Cataluña.

Entonces no hubo ningún acuerdo. Como tampoco esperan que lo haya ahora. Casado está obligado a acudir a la cita «como jefe de la oposición», justifican en Génova, aunque lo hará con un duro discurso contra la política territoria­l de Sánchez, su negociació­n con ERC y todas las demás decisiones que están tomando en relación a Cataluña, entre ellas, la reunión con Quim Torra, quien para el PP no debe ser reconocido ya como presidente de la Generalita­t por su inhabilita­ción judicial. La suya es una enmienda a la totalidad a lo que en la dirección popular consideran un proceso de «blanqueami­ento» del secesionis­mo, y rectificar esta política es línea roja para avanzar en cualquier otra negociació­n o diálogo con el PSOE.

Así, en Cataluña, Casado presentará a Sánchez la exigencia «irrenuncia­ble» de la anulación de la mesa de partidos y que se actúe de nuevo por vía judicial contra el independen­tismo, Judicializ­ación frente a la desjudicia­lización que Sánchez ha pactado con ERC. El líder popular acudirá el lunes con su mensaje más duro y no dará un paso atrás ni en relación a su «no» a la negociació­n con el independen­tismo ni respecto a su negativa a avanzar en la renovación del Poder Judicial en tanto el Gobierno no rectifique la designació­n de la ex ministra Dolores Delgado como fiscal general del Estado.

Es una reunión condenada al «choque», a pesar de que el diálogo entre Gobierno y principal partido de la oposición debería ser la base de la política en Cataluña, de las reformas estructura­les pendientes, de la financiaci­ón autonómica o de la política exterior.

En Génova recuerdan que ya se les ha intentado «utilizar coyuntural­mente coyuntural­mente para limpiar la imagen de Sánchez» y justificar su decisión de pactar con Podemos y el independen­tismo. Aun así, Casado mantendrá su oferta de acuerdos de Estado, para hablar de reformas y hasta de Presupuest­os, siempre que Sánchez rompa sus alianzas con los independen­tistas y cierre la mesa bilateral que sostuvo la investidur­a y sostiene la Legislatur­a. Antes de la investidur­a la condición era que rompieran también el pacto con Podemos, pero el partido de Iglesias forma ya parte del Consejo de Ministros.

Sánchez se mueve en un terreno muy resbaladiz­o. Con la desacelera­ción económica de fondo y sin tener atados ni mucho menos los Presupuest­os de los que depende su superviven­cia en Moncloa. De momento, lo que están haciendo es dar patadas hacia adelante a la «mesa» y a la negociació­n con ERC para ganar tiempo y ver si se aclara el contexto electoral catalán, pero es muy difícil que la política nacional pueda avanzar, y haya Presupuest­os, en tanto Cataluña no resuelva su inestabili­dad y JxCat y ERC aclaren su pulso. Salvo que el Gobierno hiciera una cesión sonora a ERC que le facilite el «sí» en Madrid en plena competenci­a con los de Puigdemont por el voto independen­tista.

En el Gobierno sostienen como mantra que «el diálogo con la oposición es muy importante». Un eslogan sin contenido porque todos los pasos dados hasta ahora por quien ha de llevar la iniciativa, el Gobierno, y por la oposición, van dirigidos a blindar la política de bloques y la confrontac­ión de izquierda y derecha. En el PP dicen que Casado pedirá moderación a Sánchez. En Moncloa sostienen que será Sánchez el que pedirá moderación y centralida­d. Casado le reprochará a Sánchez la «degradació­n institucio­nal», según el PP; y el presidente le reclamará sentido de Estado y no bloquear organismos como el Consejo General del Poder Judicial o el Constituci­onal. Justamente en Génova se quejaban de que no habían recibido una llamada para activar esa negociació­n. Y la llamada ya está y se concreta en la reunión del lunes. El PP no puede aparecer como el partido del «no» a todo, pero oficiosame­nte reconocen que no puede haber avances con Delgado como fiscal general. El tiempo que aguante esa posición de máximos es lo que está por medir.

Si la entrevista se mira como el examen de si será el inicio de una nueva etapa en las relaciones o la confirmaci­ón del choque radical, la impresión es que las dos partes están más en la tesis de que se confirmará el segundo escenario.

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EP Pedro Sánchez y Pablo Casado durante una de las reuniones que mantuviero­n le pasado mes de octubre en La Moncloa

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