El seductor cazado
Dirección: Benoît Jacquot. Guión:J. Beaujour, Benoît Jacquot, Chantal Thomas. Intérpretes: Vincent Lindon, Stacy Martin, Valeria Golino Francia, 2010. Duración: 98 minutos. Drama.
Siempre asociamos a Casanova con los excesos hedonistas del cuerpo, como si fuera un Don Juan a la italiana, pero era Félix de Azúa el que nos recordaba que, en realidad, era la antítesis del seductor sevillano, porque no era un misógino sino un cómplice de las mujeres, «su secuaz y salvador en más de una ocasión». Fue Fellini el que perpetuó su mito orgiástico, decadente y neobarroco. Por el contrario, la versión de Benoît Jacquot del que fue su enamoramiento fallido –el juego del gato y el ratón que mantuvo con la
LO MEJOR
Vincent Lindon es una buena elección de casting, aunque un tanto desaprovechada
LO PEOR
Su frialdad y su falta de sentido del humor provocan un distanciamiento respecto al drama del personaje
cortesana Marianne de Charpillon (una gélida Stacy Martin)– aparece como una radiografía en negativo de la crisis de su masculinidad. Así las cosas, la mujer parece ofrecerse como ataúd de un deseo que es eternamente postergado, un poco al modo de «La mujer y el pelele» (adaptada por Buñuel en «Ese oscuro objeto del deseo»). El problema es que Jacquot carece de sentido del humor, desaprovecha la carnalidad animal de Vincent Lindon y rinde cuentas del crepúsculo de su héroe libertino con un desapasionamiento y una indiferencia que juegan en contra de su desmitificación.