El hombre polisémico
Director y guión: Nadav Lapìd. Intérpretes: Tom Mercier, Louise Chevillotte, Quentin Dolmaire. Francia, Israel, Alemania, 2020. Duración: 123 minutos. Drama.
¿Cómo se debe sentir un sinónimo? Intercambiable, por supuesto. Prescindible, nunca. Siempre habrá alguien que lo necesite para no repetirse. Pero parece que la identidad de un sinónimo, como la de Yoav (el debutante Tom Mercier, espectacular), siempre depende de otro en una relación que no es tan simétrica como la que aparenta. Otra patria, otro idioma, otros cuerpos. Por eso el de Yoav se mueve constantemente por una ciudad que no conoce buscando una alteridad en la que reflejarse. El protagonista de esta enigmática, notable película de Nadav Lapid, Oso de Oro en la pasada Berlinale, es puro lenguaje: como en la excelente «La profesora de parvulario», todo se debate donde las palabras no logran alcanzar un sentido que no sea otro que el de la poesía. La poesía no se entiende, de ahí su valor político, por eso el sistema le tiene miedo. En esa resistencia pasivo-agresiva que le caracteriza como apátrida, lo único que tiene Yoav para traficar en su exilio son sus historias. Está, también, la cultura a la que pertenece, y de la que huye, machista, viril, militar. «Sinónimos» refleja con bastante fidelidad –es, en parte, autobiográfica– lo que debe de
LO MEJOR
Que trabaja la poética del exiliado desde una perspectiva inédita con el universo
LO PEOR
Para los que se resistan a las metáforas y los enigmas puede resultar demasiado opaca