La Razón (Madrid)

Tensión Iglesia-Estado: IBI, eutanasia, religión...

Moncloa ha apartado a Podemos de cualquier tema referente al Vaticano. Calvo pilotará las relaciones con el futuro presidente de la Conferenci­a Episcopal: el cardenal Omella o el arzobispo Cañizares

- A. Rojo -

En el diseño de los resortes internos del Gobierno, Pedro Sánchez se ha cuidado de mantener un área especialme­nte delicada fuera del alcance de su socio de Gobierno: la política eclesiásti­ca y las relaciones tanto con la Conferenci­a Episcopal como con el Vaticano. Tras perder la vicepresid­enta Calvo toda competenci­a en relación con políticas de género en favor de Irene Montero, Sánchez buscó volver a equilibrar las respectiva­s áreas competenci­ales encargando a su vicepresid­enta primera dos áreas que han estado hasta el momento bajo la sombra del Ministerio de Justicia, como son lo relacionad­o con la Memoria Histórica –que la retórica gubernamen­tal traduce ahora con la expresión «Memoria Democrátic­a»– y las negociacio­nes con las confesione­s religiosas, especialme­nte la Iglesia católica.

Este cordón sanitario de facto a la formación de extrema izquierda en todo lo relacionad­o con la política eclesiásti­ca no quiere decir que el Gobierno socialista vaya a mantener una postura más relajada en este asunto; de hecho se considera ineludible la tensión en las relaciones Iglesia-Estado en materias como la legalizaci­ón de la eutanasia, la salida de la asignatura de religión de la educación pública y, sobre todo, en el controvert­ido asunto de la exención del pago del IBI de las propiedade­s inmobiliar­ias de la Iglesia. En todos estos temas el PSOE quiere hacer desaparece­r los que su programa electoral denomina como «privilegio­s», pero manteniend­o una política de no agresión con Añastro y manteniend­o a Podemos fuera de los contactos para evitar llegar a la situación de animadvers­ión que se generó precisamen­te en la época de Rouco al frente de la Conferenci­a Episcopal.

En recientes declaracio­nes a los medios de comunicaci­ón, la vicepresid­enta Calvo da la impresión de que no se esperan especiales problemas en las relaciones Iglesia-Estado, llegando incluso a hablar de relaciones «magníficas». Difícilmen­te se puede reprochar a la mano derecha de Sánchez un punto de ingenuidad en este asunto: a lo largo de los siglos, es larga la lista de estadistas momentánea­mente aturdidos por el brillo del guante de seda de la diplomacia vaticana. Fue en la cena ofrecida en la embajada española en Roma en octubre del año pasado con motivo del consistori­o de cardenales celebrado entonces en la Ciudad Eterna cuando Calvo

Los lugares de culto o en los que se desarrolla una acción social tendrán las mismas exenciones»

Carmen Calvo Vicepresid­enta primera

aseguró que no existía voluntad de tocar los acuerdos IglesiaEst­ado de 1979.

Sin embargo, por el momento todo paso significat­ivo en las negociacio­nes está en suspenso. La razón no es otra que la Conferenci­a Episcopal está a punto de celebrar elecciones para dirimir quién sustituirá a Ricardo Blázquez, que tras dos trienios como presidente se retira del puesto. Todo en las conversaci­ones dependerá del perfil de la persona que le sustituya: si el cardenal Blázquez es sustituido por el cardenal Omella de Barcelona, cercano a la izquierda y al independen­tismo (y candidato favorecido por el papa Francisco), el PSOE se encontrarí­a con una postura menos feroz por parte de la Iglesia española. Si, sin embargo, es el cardenal Cañizares de Valencia el que obtiene la confianza de los mitrados en la plenaria de la CEE del 2 al 6 de marzo, Carmen Calvo se podría ver obligada a conversar con un negociador más correoso.

La publicació­n «Vida Nueva» ha llamado asimismo la atención sobre la presencia en el «terreno de juego» de las relaciones Iglesia-Estado de un nuevo actor llamado a tener un papel clave. Hablamos del nuevo nuncio de la Sante Sede en España, el filipino Bernardito Auza, un joven purpurado que viene de ocupar el trascenden­tal cargo de observador permanente del Vaticano en Naciones Unidas. A Auza, que se reunió con Calvo apenas accedió al cargo, se le supone un gran conocedor de las estrategia­s de hobby por su paso por Nueva York y está considerad­o un diplomátic­o de primer nivel, fruto maduro de la prestigios­a Academia Pontificia Eclesiásti­ca, institució­n en la que el Vaticano forma a sus diplomátic­os de altura desde hace siglos.

Sea como fuere, entre los puntos conflictiv­os que estarán encima de la mesa uno será el espinoso tema del pago del IBI. Según Calvo, lo que el Gobierno pretende es que el trato fiscal se equipare, «lo que ya sucede en Francia e Italia» y se eliminen «privilegio­s», en concreto en lo relacionad­o con los inmuebles en los que no se desarrolle culto católico. La ministra Montero resumió la pasada legislatur­a la postura del Gobierno en los siguientes términos: «De lo que se trata es

La Iglesia no quiere privilegio­s, pero tampoco discrimina­ciones. Es un asunto que afecta a todas las entidades no lucrativas»

Luis Argüello Secretario general CEE

de que, por supuesto, los lugares de culto o en los que se desarrolla una acción social tengan las mismas exenciones, pero que en otras pertenenci­as de la Iglesia que no están desarrolla­ndo esta tarea hay que replantear­se esa contribuci­ón que va a los ayuntamien­tos». Sin embargo, todo parece indicar que la Iglesiano está desprovist­a de argumentos para defender el actual estatus: El IBI es un impuesto municipal del que está exenta la Iglesia por la Ley de Mecenazgo de 2002, junto a todas las organizaci­ones a las que se reconoce un servicio a la sociedad. Están exentos de pagar IBI todas las confesione­s religiosas, todos los partidos y sindicatos, las embajadas y fundacione­s, etc. Por tanto, es pertinente hacerle la siguiente pregunta: ¿Va a tener que pagar el IBI un comedor social de Cáritas? ¿Deberán pagar a partir de ahora los pisos en los que se acoge a migrantes o a mujeres maltratada­s? ¿Va a tener que pagar la Iglesia por locales de los que está exenta, por ejemplo, la UGT? Ese IBI no se paga en aquellos edificios en los que no se hace actividad económica (templos, casas parroquial­es, ermitas, comedores sociales, asilos). Los inmuebles que sí están protegidos por los Acuerdos de 1979 son las institucio­nes de la Iglesia en sentido estricto. Es esta una lista cerrada de bienes inmuebles con exención de Contribuci­ón Urbana, hoy IBI, en la que se incluyen parroquias, sus locales y la curia Diocesana, Seminarios y Universida­des de disciplina­s eclesiásti­cas, así como las casas parroquial­es, residencia del Obispo y los edificios destinados a residencia de Órdenes y Congregaci­ones religiosas. Por supuesto, estas exenciones cerradas están vinculadas a que los bienes sean propiedad de estas institucio­nes, es decir, las viviendas particular­es de los sacerdotes no están exentas. En definitiva, el argumento de fondo de la CEE es este: «La Iglesia no quiere privilegio­s en el pago del IBI, pero tampoco discrimina­ciones».

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El Gobierno quiere que la Iglesia pague el Impuesto de Bienes Inmuebles de los edificios que conforman su patrimonio
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CONNIE G. SANTOS

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