SIN LOS RESTOS DE MARTA
Ya han pasado cien días desde que Marta Calvo fue descuartizada en la casa de Manuel y los investigadores tampoco han conseguido hallar restos de la joven de solo 25 años. Solo cuentan con el testimonio de Jorge Ignacio Palma, el colombiano que para celebrar su cumpleaños decidió concertar una cita con Calvo para hacer una «fiesta blanca». Según su versión, tomaron cocaína y practicaron relaciones sexuales hasta quedar agotados. Él se durmió y, al despertar, la chica estaba muerta, por lo que se «asustó» y, como si fuera una reacción lógica, dice que decidió descuartizarla y tirar sus restos en contenedores de Alzira y Silla. El problema es que el posicionamiento de su teléfono sí coincide con estas localidades pero la Guardia Civil no cree del todo su versión. No obstante, sin ningún resto de la chica (que no aparece en los vertederos a donde deberían haber ido a parar los restos de los contenedores que indicó, como el de Dos Aguas, peinado ya de arriba a abajo) no pueden probar si Jorge Ignacio la mató o provocó su muerte introduciendo el estupefaciente por los genitales de la chica. De poder demostrarse un homicidio serían más de 10 años de prisión pero si, según cuenta él, «solo» la descuartizó, se trataría de un delito de profanación de cadáver, castigado solamente con seis meses de prisión, por lo que ni siquiera entraría en la cárcel. De momento, como en el caso de Wafaa, siguen buscándola. Los dos casos, casualmente, están siendo instruidos por el Juzgado de Instrucción número 6 de Alzira, que está colaborando de forma activa con los investigadores.